Cancún, 8 de abril de 2020.- El desplome de la industria turística por la pandemia de Covid-19 registra un efecto dominó en varias cadenas productivas y en la supervivencia de miles de familias y comunidades vulnerables que dependen del turismo, por lo que diversos organismos exigen la inclusión de este sector en el plan de reactivación económica del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Debido a su naturaleza económica transversal y su profunda huella social, el turismo es fundamental para ayudar a las sociedades y comunidades afectadas a regresar al crecimiento y la estabilidad. Para ello hace falta un adecuado apoyo y reconocimiento político”, declaró la Organización Mundial del Turismo (OMT) y enlistó como urgente “el respaldo financiero y gubernamental para la recuperación del sector; planificación e implementación de medidas de recuperación e incentivos en coordinación con las organizaciones internacionales de desarrollo y donantes, e inclusión en los planes de los gobiernos para la activación económica”.
Sin embargo en México, potencia turística mundial por destinos como Cancún y la Riviera Maya, el sector fue excluido del plan de reactivación económica presentado por el presidente López Obrador. Al igual que especialistas y diversos organismos la diputada federal de Morena, Tatiana Clouthier advirtió: “Deja fuera al turismo, la segunda entrada de recursos para el país”.
En 2019 la actividad turística aportó el 8.7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país y generó 2.3 millones de empleos, cada uno de los cuales genera a la vez entre cuatro y cinco empleos indirectos.
“El impacto de la pandemia en este sector será devastador. La autoridad focalizada solo en el sector salud y en la atención del virus debe contar ahora con un grupo de especialistas que se encuentren desarrollando un programa de largo plazo en materia económica, pues los costos de esta crisis tomarán al menos de 2 a 5 años para alcanzar un mediano equilibrio y de corto plazo, un año”, indicó en un estudio la London School of Economics.
En su informe de este 8 de abril la Secretaría del Trabajo y Previsión Social indicó que Quintana Roo, donde la ocupación en los hoteles de Gran Turismo cayó al 0.3%, es el estado más impactado por la pérdida de empleos formales; desde el pasado 13 de marzo se han perdido 63,847 puestos de trabajo, cifra por encima de los 55,591 que se perdieron en la Ciudad de México.
El efecto dominó de esta pérdida de turismo por el cierre de fronteras empezó ya en varias cadenas productivas. Primero, todos los proveedores de la industria que en 80% son pequeñas y medianas empresas se han visto particularmente afectados y con ellos también miles de familia para las que el turismo es su medio de vida, incluidas las comunidades vulnerables que dependen de esta actividad como vehículo para impulsar su desarrollo y su inclusión económica.
“El impacto social de esta crisis va mucho más allá del turismo”, alertó la OMT.
Quintana Roo no sólo es un sostén económico a nivel nacional con la aportación de 33 de cada 100 pesos generados por el turismo; ha sido también una de las entidades que más apoyan a la estabilidad y la recuperación de niveles de vida en el continente, mediante la recepción de inmigrantes que provienen de otros estados del país y de naciones en crisis como Venezuela, Argentina, España y Cuba.
Frente a la desaceleración en la economía nacional, Quintana Roo había sostenido un crecimiento económico promedio de 4.8%, ubicándose en tercer lugar de crecimiento después de Aguascalientes y Baja California Sur. En los últimos dos años se había mantenido en el primer lugar como generador de empleos formales, duplicando las metas en el rubro.
El estado, como principal destino turístico de México, ha regulado los índices de pobreza en el sureste del país y en las comunidades más vulnerables de la Península de Yucatán, a donde están siendo expulsadas ya miles de personas que generarán demandas por no contar con un sustento estable.
En los últimos 20 años la actividad turística se ha convertido en una de las más importantes fuentes de empleo y economía a nivel global, y en una de las actividades más estratégicas para el desarrollo. Este sector representa casi el 11% del PIB mundial, genera 1 de cada 11 empleos directos y el año pasado se registraron más de 1,400 millones de viajes internacionales, de los cuales más de 40 millones se hicieron a México ubicándolo en el séptimo lugar dentro del ranking de llegadas de turistas internacionales de acuerdo con la OMT.
En un escenario negativo donde se paraliza el mercado doméstico por varias semanas, caen las llegadas internacionales durante verano y diciembre y la desaceleración económica mundial deriva en la suspensión de pagos, el flujo turístico llegaría a niveles de -8% durante 2020.
Enrique Dussel, economista, anticipó que en este segundo trimestre del año se espera una caída del PIB de 36% y eso, dijo, se vincula a sectores específicos como el turismo. “No es endeudarse o no, en todos los países el sector público se va a tener que endeudar; la pregunta es a qué sectores se va a dirigir el financiamiento y cómo se va a rescatar a sectores específicos como el turismo, porque con miles de desempleados hay que pensar en programas de rescate y apoyo”, concluyó el especialista.