Marcelo Salinas | En órbita >> Fue ayer martes 7 de abril el Día Mundial de la Salud, una fecha conmemorativa en medio de una crisis, probablemente la mayor en décadas. Aún no concluye y los cálculos son desastrosos en el mundo. Como parece la tónica con muchas efemérides, hay poco o nada para “celebrar”: sólo se conmemora. Lamentable, aunque cierto.
Fue una ocasión para saludar a quienes son las heroínas y los héroes del momento. Se trata de aquellos médicos, enfermeras, especialistas y de todo el personal que dan su vida, literalmente, por estas fechas de tanta incertidumbre. Les llaman superhéroes con bata y no capa.
Pero también fue oportunidad para denuncias y acusaciones. De ellos mismos, y de otros a su favor: que siguen desempeñándose sin insumos ni los instrumentos suficientes; que falta personal calificado; que la conversión de áreas es lenta e ineficaz; que no están a la altura quienes comandan los equipos, o que actúan bajo amenaza para redactar diagnósticos.
Por supuesto, es parte de lo que se difunde a grandes rasgos, con mayor o menor fuerza en los estados. El panorama nacional empieza a cambiar drásticamente por la cercanía de la fase 3 (sin fecha estipulada), y como resulta lógico, el control tiende a extraviarse, con propuestas y críticas en paralelo.
En una opinión reciente, en este mismo espacio, se expuso la necesidad de la organización hospitalaria; tan importante como las medidas sanitarias de control, los programas de apoyo, o los planes de recuperación. Eso incluye espacios, personal e instrumentos, en cantidad, calidad y disposición, como han sugerido los expertos.
Hoy no son pocos los que sugieren, ante las manifestaciones en los recintos hospitalarios, se actúe con la misma determinación que se ve -por ejemplo- en el reparto de las despensas en distintas entidades; una acción que debe destacarse, sí, aunque vigilar meticulosamente.
Sería una buena dosis de tranquilidad, un gesto valioso para acallar rumores, corregir carencias o fortalecer a los equipos en despliegue, muchos de los cuales han sido atacados por las supuestas fallas. Sabrán más las autoridades si es necesario hacerlo.
Mientras tanto, el debate crece en determinados círculos entre quienes recuerdan la voluntad presidencial por garantizar la salud como derecho constitucional, con mejores hospitales, seguro para todos y medicinas gratuitas, y entre quienes creen que no ha sido posible, se reaccionó tarde y se ha aplicado mal la estrategia.
Por desgracia, los números crecen con todo y héroes.