El lopezobradorismo podría dividirse

Hugo Martoccia | Mesa Chica

Uno de los efectos colaterales de la guerra interna en MORENA, es que la desconfianza entre los grupos enfrentados es tan grande, que a esta altura ya parece que cualquier solución a la que se llegue será insuficiente.  O sea, gane quien gane finalmente en la interna, un sector del morenismo nunca va a aceptar la representación del otro.

Para decirlo con nombres propios: si finalmente la dirigente nacional Yeidckol Polevnsky se impone a Berta Luján en la lucha por esa dirigencia, es difícil imaginar que los seguidores de esta última acepten a Yeidckol.

Pero el problema podría ser mucho mayor que eso. Podría suceder, entonces, que el partido quede para una facción, y que por consiguiente no logre contener a todo el lopezobradorismo. MORENA se iría vaciando de contenido y de poder electoral, porque muchos lopezobradoristas se irían de partido, decepcionados de sus decisiones internas.

Lo dijo esta semana el líder de los diputados federales de MORENA, Mario Delgado, cuando criticó que el Congreso Nacional Extraordinario convocado por Bertha Luján se negara a validar la encuesta como método de elección para la dirigencia nacional.

Delgado criticó, con mucho tino, que una facción de ese partido, en el afán de quedarse con la dirigencia, haya decidido hacer caso omiso nada más ni nada menos que a la palabra de su fundador y Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Y por ese motivo el diputado dijo que había que cuidar que MORENA realmente contenga al lopezobradorismo, porque éste es más grande que el partido.

EL ROMPIMIENTO EN Q.ROO

Esa idea de un lopezobradorismo mayor a MORENA tiene uno de sus principales ejemplos en Quintana Roo. El partido no tiene ni siquiera dirigencia, y la guerra entre los grupos ya no tiene vuelta atrás, pero todos respetan, al menos hasta hoy, la figura de AMLO.

La ofensiva abierta del marybelismo en contra de sus rivales internos (llámense diputados locales no afines a esa facción, legisladores federales, Mara Lezama, o quien se ponga enfrente) es una muestra clara de que el partido ya no va a volver a unirse en el estado.

Y hay que entender que esa ofensiva no es un dato menor: la senadora Marybel Villegas tiene representatividad política y electoral, y ha logrado sólidas e impensables alianzas en ámbitos directamente ligados a la política, que le dan mucho poder de fuego.

Hasta respetables lopezobradoristas están dejando todo su prestigio defendiendo su causa. El pacto es tan increíble que hasta el inefable Chanito Toledo Medina es parte de los defendidos.

¿En qué universo político Chanito, el hijo político de Roberto Borge, es cercano a AMLO?. Sólo el marybelismo y sus aliados son capaces de engendrar esas especies.

Esa facción del partido busca quedarse con todos los espacios de poder a como dé lugar, y dejar fuera a todos los demás. Ya lo han anunciado públicamente: si Bertha Luján logra imponer como presidente del partido a Alfonso Ramírez Cuellar, irán por el regreso de Edgar Gasca a la presidencia de la Jucopo. Y eso apenas sería el comienzo.

Justamente en esa actitud está el mejor ejemplo de lo que se plantea en esta columna. La ofensiva del marybelismo va, en uno de sus aspectos, abiertamente en contra de MORENA y del mismo López Obrador en el estado. Pero nada de eso importa. La cuestión es tomar el control del partido.

LAS OTRAS OPCIONES

Ahora, hagamos un ejercicio especulativo. Pongamos por caso que Yeidckol se queda con el control de MORENA (esta columna cree que, legalmente, así será). En ese contexto, Marybel y todo su grupo saben que se quedan con muy pocas on ninguna chance electoral y política para las elecciones de 2021 y 2022.

Entonces, allí empezaría a jugar el factor de dividir al lopezobradorismo, para meterlo en otros partidos.

Al día de hoy, en el Instituto Nacional Electoral hay varias Agrupaciones Políticas que ya están a un paso de tener su registro como partido, y muchas de ellas tienen la clara intención de hacerse con votos del lopezobradorismo, así como con estructura electoral y política que estuvo con el Presidente.

Las primeras que aparecen a la vista son las Redes Sociales Progresistas, ligadas a la “maestra” Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México, que comanda Pedro Haces Barba, muy ligado al senador morenista Ricardo Monreal, y el Frente por la Cuarta Transformación, liderado por Elías Moreno Brizuela, muy cercano al canciller Marcelo Ebrard.

Y a eso hay que sumar a Encuentro Solidario, que no es otra cosa que el regreso del viejo PES, que perdió el registro nacional. Y hasta, si se quiere, se pude sumar al Grupo Social Promotor México, que es el ex Nueva Alianza, donde el SNTE también tiene un gran peso. 

En ese ejercicio especulativo que se comentó al comienzo, por ejemplo, si el marybelismo quedara sin chances en MORENA, sobre todo para la sucesión gubernamental de 2022 ¿no le sería más fácil irse al partido ligado a Ricardo Monreal?

¿Cuantos morenistas desencantados con el reparto de candidaturas no decidirían irse a probar suerte, o a “demostrar su fuerza”, en otro partido político, que también tendría como imagen central la de AMLO?

Si ese escenario sucede, MORENA se rompería en varias partes, y el efecto inmediato sería que el oficialismo local se vería muy fortalecido para 2021, e incluso para el mismo 2022.

Y eso sin contar los votos que se le podrían ir hacia sus mismos aliados, como sucedió en 2019.

OPB: PUNTA DE LANZA

Un lugar donde está opción podría ser muy interesante es en el municipio de Othón P. Blanco.

Recordemos, en 2016, los votos de OPB fueron los que le dieron el triunfo a Carlos Joaquín, en el estado, y por primera vez aceptaron un alcalde del PAN. En 2018, decepcionados del PAN, la dieron el triunfo a la alcaldía a MORENA.

Pero en 2019, en la elección de diputados, la decepción del gobierno morenista no se notó en los votos: el partido de AMLO ganó en los dos distritos electorales.

Sin embargo, la bronca contra el actual alcalde Otoniel Segovia es real. Pero también lo es la bronca contra el PAN y contra el PRI, a quienes aún no han perdonado. Y los proyectos independientes no terminan de cuajar.

¿Qué pasaría allí si se presenta un proyecto alternativo de lopezobradorismo? Por ejemplo, las Redes Sociales Progresistas, que en ese municipio tienen actores con mucho trabajo e historia política.

La pregunta es qué pasaría si en OPB se logra conjuntar el “know how” de la operación electoral del SNTE, ahora con la Redes Sociales Progresistas, con los votos del lopezobradorismo desengañados de MORENA.

Con un buen candidato que represente a AMLO, MORENA viviría en ese municipio la paradoja de convertirse en un partido viejo, con apenas poco más de cinco años de vida.

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