La misión: reelegirse

Marcelo Salinas|En órbita 👉🏽 Si Mara Lezama quiere reelegirse en Benito Juárez para continuar su proyecto de gobierno, es legal y legítimo. Su victoria con 191 mil votos en 2018 le dio una ventaja desde aquel año, que ni la pandemia ha podido socavar. Para ser claro: los números le favorecen incluso para la batalla de 2022, cuando se renovará la gubernatura, una contienda que pasa por junio de este año, mes de la posible reelección. Las encuestas la sitúan en el primer lugar, al menos en la alianza Morena-PVEM-PT.
Si Laura Beristain aspira en serio en Solidaridad, también ostenta cierta ventaja rumbo a la elección. No hay otra ni otro de su coalición capaz de competir en la interna. Ni Morena ni el PT prepararon cuadros. Además, la presidenta municipal ha cumplido las expectativas de jefes políticos en la cúpula nacional, del gobierno federal y de una buena parte de la sociedad gracias a las siete megaobras en curso. La reelección es posible.
Está por verse en Othón P. Blanco, donde Otoniel Segovia no ha sabido repuntar. Lo mismo en Lázaro Cárdenas, José María Morelos, Bacalar y Carrillo Puerto, con múltiples incógnitas. En Isla Mujeres, Juan Carrillo no puede, como tampoco Laura Fernández en Puerto Morelos (ambos descartados por ley). En Cozumel todavía no hay expresiones formales al respecto. En todos estos, el panorama es más incierto que en los primeros dos municipios mencionados y el que sigue a continuación.
Porque donde se ve más claro (además de Benito Juárez y Solidaridad) es en Tulum, con un Víctor Mas que ha desplegado esfuerzos durante los meses más recientes, sorteando polémicas, cambiando parte de su equipo de trabajo y gestionando eficientemente (ante el gobierno del estado y la Federación) los grandes proyectos que le darán brillo a su administración. Suenan nombres en la interna de esa coalición, igual del otro lado, aunque el presidente ya tendría la estrategia trazada para repetir.
En las próximas horas más de uno podría manifestar su voluntad. Aunque falta para definir, cantar la jugada es una maniobra obligada por el contexto: después de todo, traen encima la peor crisis, provocada por la pandemia, con todo su lastre. Aun así, como se expresó al inicio, es legal e incluso legítimo que la mayoría aspire reelegirse para continuar lo que la emergencia interrumpió o para mirar mejor hacia el próximo año. Eso se decidirá después.
Ellas y ellos podrán tener la venia y los méritos, pero la ciudadanía tendrá la última palabra.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. MIÉRCOLES 6 DE ENERO DE 2021)