Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 El Partido del Trabajo vive su propia transformación en Quintana Roo, con todo el significado político-ideológico que la palabra implica en estos tiempos. En esta campaña ha desplegado las estrategias que comenzó a delinear en 2019 cuando llegó al estado Patricia Casados, quien coordina diversas y múltiples labores. Para mostrar el músculo hay que articular, y de ello se encarga la comisionada nacional, con casi dos décadas de militancia roja. Es la responsable del nuevo PT, que suma y sigue.
En ese contexto de acontecimientos que le atañen al partido, se aprecian algunos aspectos que deben analizarse por estar en pleno desarrollo y ser llamativos.
Primero: La idea de arropar a Mara Lezama y a sus candidatos en los distritos tiene forma y fondo. Mara es la candidata de la coalición, donde el PT ostenta un peso específico. Son más de 20 años caminando con Andrés Manuel López Obrador; desde el 2000 hasta las últimas elecciones presidenciales, el partido ha apoyado todas las candidaturas del ahora Presidente. Es el aliado ideológico con más valor, y en Quintana Roo reivindica dicha función.
El blindaje político que le dan a Mara ya luce, particularmente en los distritos 3 con Hugo Alday y en el 13 con Alicia Tapia; aunque no se trata solamente de candidaturas, sino de estructuras y operadores, con jóvenes y gente experimentada que demuestran su fidelidad al gran proyecto de la 4T.
Segundo: la incorporación de caras nuevas le da mayor presencia en zonas donde comienza a abrirse rutas. Siempre se identifica a Bacalar como terreno suyo; más recientemente se habló de José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto, y ahora suena con fuerza Tulum.
Por ejemplo, las fotos en el cerrado círculo petista del ex presidente municipal Víctor Mas, y de Rifka Queruel, su ex directora del Deporte, fueron muy comentadas en los ámbitos político y periodístico. En los últimos días se vio a Rifka en actos relevantes, cerca del canciller Marcelo Ebrard en su visita a Cancún. La ex deportista de alto rendimiento gana en cualquier cancha, obviamente incluida la política.
Esas acciones son votos, proyección y presencia. Pragmatismo puro. No es descabellado suponer que en Tulum podría diseñarse un plan mayor más adelante; por ahora, han cerrado filas con Marciano y Silvia Dzul, en lo que se interpreta como un golpe anímico a favor de la causa mayor, que encarna Mara.
Tercero: el PT perfila a su juventud, cuadros que explotarían más adelante. El 2024 se presentará en un pestañeo y la formación política es impostergable.
La juventud del PT es dinámica e incansable, conforman la llamada «ola roja», con banderas y vistosas playeras de ese tono; se le ve en los distritos 8 de Isaac Jánix, en el 2 de Caro Castillejos donde no van coaligados, aunque igualmente en el 4, el 6 y el 7. Todos esos con base en Cancún. Lo mismo en el centro y el sur, donde acaparan sectores o suman activos.
¿Qué busca el PT? Probablemente lo que todo partido: votos, victorias, respeto, espacios, poder o reconocimiento. Alguna, varias de las anteriores o todas. De eso se trata la política.
El desafío a la vista es conservar la cohesión, obtener espacios porque seguramente serán parte del próximo gobierno y prepararse para siguientes batallas.
Es, cabe insistir, un nuevo PT.