Marcelo Salinas | En órbita >> Provocaron una ligera duda las expresiones “Cancún estaría próximo a salir de la epidemia” y “se ve luz al final del túnel”, del subsecretario Hugo López-Gatell, quien el 1 de mayo expuso las tendencias en las cinco zonas prioritarias para el gobierno federal debido al número de casos. Completan el quinteto Ciudad de México, Tijuana, Mazatlán y Villahermosa.
Fue entonces cuando el vocero ante la crisis sanitaria planteó además: de ninguna manera significa relajar las medidas, ni suspender anticipadamente la sana distancia, la interrupción de las actividades no esenciales o las restricciones de reuniones masivas en el espacio público.
De hacerlo, advirtió tajante, habría un repunte de los casos ya “estabilizados”, según el reporte recibido desde Quintana Roo, precisó. En síntesis, lo que pidió es lo mismo desde hace dos meses: quédate en casa. La fecha, que es tentativa, basada en una proyección arrojada por un modelo matemático, es simplemente un escenario.
Nada está escrito respecto del 1 de junio. Responde a la jornada nacional de salud que se fijó al comienzo de la fase 3, aunque desde la segunda quincena de este mes algunos municipios del país podrían recuperar progresivamente la normalidad. El presidente Andrés Manuel López Obrador lo reiteró la semana pasada.
Ajustándose a dicho esquema, autoridades de Quintana Roo, empresarios, hoteleros y turisteros en general, programan el retorno para el lunes 1 de junio. Igual en juzgados y paulatinamente se incorporan instituciones públicas y privadas, como escuelas.
En torno a la idea giran intereses válidos. Cualquier plan de salvataje en un destino turístico debe pasar por una o varias temporadas altas, pero aferrarse a un día y darlo por hecho es arriesgado, pues no se sabe cómo reaccionará la gente en masa.
La sociedad se fue sumando con ciertos titubeos al “quédate en casa”, todavía no todos obedecen las instrucciones, el clima es un factor peligroso por la época y los errores son imponderables.
Vuelvo al punto: Cancún es una zona prioritaria, de riesgo por positivos acumulados, que por estas fechas libra lo peor de la contingencia; por lo mismo, son horas cruciales: o se aplana la curva y baja, o sigue un ascenso caótico.
Cancún puede reivindicarse. Ya sabemos el resultado de no acatar en días vitales, como al inicio de la crisis. Podemos explicarlo, por la vocación, la movilidad y la cadena productiva asociada al turismo. Pero en fin, ya lo conocemos y será mejor salir pronto de ésta.