Tira la piedra

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 El lunes planteamos en este espacio los retos del PAN, pero desde el fin de semana pasado parecen multiplicarse: ahora se suma la salida de exreferentes como Frank López Reyes, uno de los panistas más votados del último tiempo. A él, otros tantos le han manifestado la posibilidad de emigrar del partido, acorralado por una crisis severa. Ayer, en el colmo de la desfachatez, el «referente” Eduardo Martínez Arcila acusó que por culpa de dirigencias “membrete” la oposición a la 4T está “totalmente extraviada”. Es verdad. Lo que no dijo Martínez Arcila es que fue parte de ese problema, y lo seguirá siendo.
El exdiputado local y exdirigente estatal del PAN aseguró que las fuerzas políticas están desdibujadas frente al poder; no obstante, el también expresidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado (uno de los más caros y menos productivos durante su periodo), piensa que “es normal” debido a los malos resultados que obtuvo la coalición PAN-PRD en el pasado proceso electoral. Igual es verdad. Aunque otra vez: tuvo parte de culpa que no reconoce.
Cabo explicarlo con todas sus letras: ni él ni su grupo pudieron frente a Morena; sembró la discordia al interior; no respetó liderazgos natos; dejó que el exgobernador Carlos Joaquín utilizara al partido que lo llevó al poder en 2016; permitió la intromisión de figuras externas; se olvidó se formar cuadros jóvenes ante el necesario relevo generacional, y cuando vio todo perdido, dejó de meter las manos. El resultado es conocido: la militancia lo castigó quitándole casi todos los espacios.
Martínez Arcila era “amo y señor” del PAN cuando el partido gobernó, conquistó espacios de privilegio y controló poderes. Lo fue cuando Morena ganó la mayoría y quedó como segunda fuerza. Hasta hace poco, antes de junio, era visto como el mandamás. Poco o nada queda de aquello. Su PAN está en el sótano y tendrán que rescatarlo.
Tras las derrotas, se agachó unas semanas y ahora reaparece por dos coyunturas: la elección interna, con Reyna Tamayo ya como dirigente electa, y el precipitado “2024 electoral”. “Hay que reconstruirnos al interior para poder enfrentar estos dos años que nos separan de la elección”, soltó a los medios, con lo cual evidencia su verdadero interés.
Con Eduardo Martínez en el Poder Legislativo y Carlos Joaquín en el Ejecutivo, el PAN retrocedió en vez de avanzar. Esa es la realidad. Sin embargo, prefiere culpar a terceros.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. MIÉRCOLES 7 DE DICIEMBRE DE 2022).