Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Las diputadas federales Anahí González y Julieta Vences, y el diputado Alberto Batún, presentaron una iniciativa en la Cámara para modificar el Código Penal Federal respecto a la llamada «violencia digital», conducta que vulnera la privacidad e intimidad de las personas.
Es denominada “sextorsión” por la ONU, supone un chantaje y vulnera múltiples derechos humanos de las víctimas. Ya está sometida a consideración del Pleno, por lo que se espera un interesante debate pronto.
¿Qué propone? Imponer una penalidad de dos a seis años de prisión y de 100 a 400 días de multa a quien, empleando cualquier tipo de violencia, amenace o coaccione a otra persona mayor de 18 años con divulgar, compartir, distribuir o publicar imágenes, videos o audios de contenido íntimo sexual, sin su consentimiento, aprobación o autorización, precisa la diputada Anahí González.
El Estado, con fundamento en su Artículo Primero constitucional, tiene la obligación convencional de garantizar los derechos humanos de privacidad e intimidad de todas las personas; en consecuencia, todas las autoridades mexicanas, en el respectivo ámbito de sus competencias y facultades, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar estas prerrogativas, de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
La diputada explica que los derechos humanos a la privacidad e intimidad guardan una estrecha vinculación con la dignidad personal, ya que si las multicitadas prerrogativas fundamentales son transgredidas, de forma directamente proporcional la dignidad de las personas es vulnerada, esto en razón de que existe una estrecha correlación entre los derechos humanos y el principio de dignidad humana, ambos reconocidos de forma constitucional y convencional a través de los Tratados Internacionales suscritos por México.
Según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, la “sextorsión” se ubica en el quinto lugar de incidencia delictiva respecto a las modalidades de extorsión que ocurren sólo en la capital mexicana. Por desgracia, parece que es una práctica cada vez más común en cualquier ciudad y en diversos sectores de la población, incluido el juvenil.
La “sextorsión” no solo radica en la entrega de dinero por parte de la víctima a su agresor, sino que también, en muchas ocasiones, supone la solicitud implícita o explícita de involucrarse en cualquier tipo de actividad sexual no deseada, desde las relaciones, hasta la exposición de partes íntimas del cuerpo.
Es una iniciativa importante. Debería ser aprobada sin problemas.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 25 DE FEBRERO DE 2022).