Sectur, de mal en peor

Marcelo Salinas | En órbita >> En la Sectur van de mal en peor. El lunes, «En órbita» expuso los nuevos antecedentes que activan alarma en el ramo turístico nacional a propósito de lo desprolijo de sus gestiones, como la escandalosa reciente caída de «VisitMexico», ampliamente difundida. Es extenso el recuento de pifias, desaires y discrepancias.
La más grave de todas las acusaciones se conoció el miércoles, cuando el ex subsecretario de Turismo, Simón Levy, tuiteó que su salida del Gobierno federal se debió a que no aceptó participar en actos irregulares a los que supuestamente quiso obligarlo el secretario Miguel Torruco Márquez.
Publicó textual: “Por ejemplo cuando a mi Miguel Torruco me prohibió meterme con los hoteleros por las playas privadas y me obligó a callarme de manera ilegal, le renuncié de inmediato. Nadie te puede obligar a hacer cosas que no quieres”.
El segundo tuitazo, respecto a la mudanza hacia nuestra capital: “Cuando @TorrucoTurismo me obligó a ser parte de una mentira, yéndome a unas oficinas en Chetumal que no existían y mentirle al Presidente López Obrador. Le dije Good bye, conmigo no cuentas”.
Los comentarios se dan en el marco de las declaraciones del ex director de Pemex, Emilio Lozya, en su primera comparecencia por la venta de una planta en el caso Agronitrogenados.
Levy estuvo en la Secretaría de Turismo de diciembre de 2018 a abril de 2019, y al momento de que presentó su renuncia irrevocable aseguró que fue por “motivos estrictamente personales”. Ahora se conoce el grave motivo, según lo dicho en la red social.
Grave, por lo que implican ambas revelaciones: presuntas mentiras y corrupción, de entrada; precisamente lo que el gobierno del Presidente López Obrador ha comprometido desterrar. No mentir, no robar y no traicionar son las «bases morales» de la cuarta transformación
, han repetido hasta el cansancio sus promotores. Si se investiga y comprueba que trabaja en sentido contrario, se anticipa su salida.
Hasta el cierre de esta opinión, no había respondido públicamente a Levy. Pero más allá de la polémica entre dos, el descontento de autoridades, hoteleros e inversionistas, con Torruco, es evidente en Quintana Roo, donde debiera despachar por orden presidencial. Cómo potenciar la industria es la principal preocupación.
En el Caribe mexicano (por ser líder y referente, además de “sede”) debe iniciar la metamorfosis turística, y si las relaciones no son óptimas, los augurios no son positivos. Así de simple e inquietante a la vez.