Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Hace tiempo no se veía con luz y brillo la zona fundacional, conocida como “ZoFu”. En el marco del 53 aniversario de Cancún resplandeció desde el Palacio Municipal hasta la Yaxchilán, pasando por la Tulum, Las Palapas y circuitos interiores. Lo de la Yaxchilán merece atención: durante el último fin de semana de festejos se llenó de juegos, diversión, música y gastronomía. Pasó de ser una avenida deteriorada a una alegre, con más vida. Fue propicio recordar aquellos años cuando era el epicentro de la recreación nocturna y cumplía cabalmente la función de “bisagra” entre el primer cuadro y el Mercado 28.
Fue un acierto de la administración de Ana Paty Peralta considerar la “ZoFu” en el amplio programa de actividades con motivo de una celebración que convoca siempre sin distinciones. Lo sostuvo muchas veces la presidenta municipal al presentar la agenda: “Todas y todos somos cancunenses, quienes llegaron hace 53 años, hace 15, 10 o incluso ayer, porque tenemos el privilegio de vivir en esta tierra”. Y se notó el trabajo transversal con pioneros, fundadores, forjadores, asociaciones civiles, servidores públicos y empresarios.
Se ha metido mano poco a poco en el área. La Sunyaxchén es un ejemplo. Pero se requiere una intervención integral en todo el perímetro. El interés de este gobierno por hacerlo se ancla en diversos motivos, entre los que se cuentan la identidad, el arraigo, la pertenencia y la unión, conceptos tan recurrentes en el discurso y que cobran vigencia justamente con dichas actividades. El interés por sacarla del olvido y la oscuridad de ciertos tramos es evidente.
La Yaxchilán dejó de ser lo que fue por hechos delictivos específicos, aunque también porque la ciudad creció con núcleos recreativos hacia otros sectores, como la Kabah, Las Torres o más recientemente La Huayacán. Peor aun, se dijo que autoridades y empresarios dejaron caer la zona para que las propiedades perdieran valor y después poder adquirirlas a menor precio, ya devaluadas. Es uno de los “mitos urbanos”.
Por todo ello debe celebrarse la decidida intervención, que se antoja más que temporal. En las calles de las supermanzanas 22, 25 y contiguas se ven cientos de turistas y la gente local vuelve con creciente frecuencia al corazón de su ciudad. Cuentan que la misma presidenta Ana Paty jugaba de niña por esos parques: conoce de sobra la zona, sabe de su valor y planea una transformación auténticamente profunda.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES.
MIÉRCOLES 26 DE ABRIL DE 2023).
