Cancún, 22 de enero de 2020.- Igual que como procede en cada temporada de huracanes, el gobierno de Quintana Roo está preparado en coordinación con la Secretaría de Marina, empresarios, brigadas ciudadanas, protocolos y monitoreo, para atender la llegada cíclica de sargazo que desde diciembre redujo su extensión a la mitad en el Caribe y Golfo de México, según reporte de la Universidad del Sur de Florida y la Nasa.
Con base en datos aportados por la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente estatal, en 2019 se recolectaron dos mil toneladas diarias de sargazo tanto en altamar como en aguas someras y costas de siete municipios del estado. En estas acciones participa el gobierno de Quintana Roo en coordinación con la Semar, los ayuntamientos, empresarios y miles de voluntarios tanto de las dependencias oficiales como de la sociedad civil.
Desde la sociedad civil la agrupación Unidos por Quintana Roo anunció que, a convocatoria del gobierno estatal, reactivará sus brigadas a partir del próximo mes de febrero. Esta asociación participó en 2019 con 45 brigadas de voluntarios en Benito Juárez, Puerto Morelos, Solidaridad, Tulum y Othón P. Blanco.
En esas brigadas hubo 5,641 voluntarios que limpiaron 11,039 metros lineales de playas y recolectaron más de 600 toneladas de sargazo, además de brindar pláticas de educación ambiental en escuelas de esos municipios.
Junto con las acciones de los tres órdenes de gobierno para detener el recale masivo, las autoridades estatales han emprendido el impulso de una cultura que contrarreste las principales causas del fenómeno -como la contaminación de los océanos- y permita a las comunidades enfrentar, recuperarse y adaptarse como sucede ahora en cada temporada de huracanes.
Así como los huracanes, el fenómeno del sargazo ha sido cíclico en las costas de Quintana Roo; sin embargo, a partir de 2015 su llegada en proporciones cada vez mayores ha puesto en riesgo a otros ecosistemas como arrecifes, manglares y dunas costeras. La reproducción del alga es un efecto del calentamiento global causado por la contaminación del aire y los océanos. El sargazo se nutre de los residuos sólidos, agroquímicos y materia orgánica que contaminan el Atlántico y el Caribe.
El gobernador Carlos Joaquín ha señalado la necesidad de impulsar una cultura preventiva tal y como se hace antes, durante y después de un huracán, y una cultura de protección al ecosistema. “Las nuevas construcciones y ampliaciones de hoteles deben tomar en cuenta esta situación antes de edificar”, dijo.
En ese sentido el Congreso local aprobó, a iniciativa del gobernador, una ley que prohíbe en Quintana Roo el uso de materiales y utensilios de plástico como popotes, platos, vasos, tasas, copas, charolas, cubiertos, entre otros, así como derivados de poliestireno (productos de unicel). Además, también se deberán dejar de utilizar bolsas de plástico desechables para traslado de mercancías en tiendas y supermercados, farmacias, restaurantes y similares.
De igual forma, el gobierno de Carlos Joaquín actualizó su Plan Estatal de Desarrollo para que cumpla con los 17 objetivos de la Agenda 2030 de la ONU, orientada al desarrollo sostenible.
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