Marcelo Salinas|En órbita 👉🏽 Morena todavía no resuelve su dirigencia nacional, en manos de tribunales y árbitros electorales hace tiempo. Se dieron a conocer el procedimiento de la tercera encuesta del INE, que daría al ganador definitivo. O bien no. Porque uno de los dos finalistas, Porfirio Muñoz Ledo, reclama su aparente victoria. Ese entramado pudiera prolongar la incertidumbre, incluso, pasados los comicios de 2021. Lo primero es saber si el Instituto logrará realizar la encuesta prevista entre mañana 16 y el próximo día 22.
Así de polémico se presenta el panorama para el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que es el más ganador de las elecciones más recientes. Lo que se juega es mayor que todo lo anterior: las del próximo año serán las más importantes, con unos 95 millones de electores convocados para decidir sobre más de 21 mil cargos en disputa, incluidas gubernaturas, ayuntamientos y curules.
Quien gane, tomará decisiones en torno a las estrategias, las dirigencias estatales, y por supuesto, las candidaturas. Y si continúa la dirigencia interina, lo mismo. Visto así, el enfrentamiento no sólo tiene dos pretendientes. Es poder y dinero, concluyen los más conocedores del ámbito nacional.
En ese contexto nacen, por cierto, Redes Sociales Progresistas y Fuerza Social por México, a quienes el máximo tribunal en la materia ya les dio el registro. Las especulaciones son diversas y tocan a Morena obviamente por su vínculo con AMLO.
Si gana Porfirio, paradójicamente se espera una transformación. El político es de la línea más dura. Es su estilo, su historial. Ha criticado sin excepción. También al ejecutivo federal. Si es Mario Delgado -el otro en la finalísima- se vislumbra más «unión». Pudieran prevalecer ciertos consensos previos, aunque los cambios estatales ya estarían comprometidos. Y si todo queda igual; es decir, con Alfonso Ramírez Cuéllar hasta después del 6 de junio, el caos continuará. Y con él posiblemente los arreglos conocidos, inclusive los de Quintana Roo.
Las reuniones del CEN, las opiniones en prensa y el debate ríspido, son humo. O llegan a un acuerdo final para no judicializar más el asunto (con mano presidencial no descartada), o dictaminan tajantemente en tribunales por cualquiera de las opciones.
No hay muchas salidas.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES, VIERNES 16 DE OCTUBRE DE 2020).