Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Los últimos días han sido de creciente efervescencia política en el país. Después del arranque oficial de las giras de las “corcholatas”, surgió el proceso interno de la oposición aliancista PRI-PAN-PRD y, con ello, se politizó todo el ambiente: portadas en medios nacionales, “guerra sucia”, memes, tendencias en redes y más. Para rematar, el recién pasado 1 de julio se reunieron más de 250 mil personas en el Zócalo de la Ciudad de México donde la “4T” festejó en grande los cinco años del triunfo histórico de 2018.
Eso último acapara la atención porque se trata del movimiento más ganador de los últimos años y que se alista para encarar con ímpetu el 2024, año de las grandes batallas. Además, en Quintana Roo el clima preelectoral se vive con la misma intensidad en ese mismo movimiento que domina la escena pública. Es que el estado vive su propia transformación liderada por la gobernadora Mara Lezama, protagonista en su territorio y en la primera fila del obradorismo: Lo mismo se le ve en la “mañanera”, que en recorridos para supervisar las megaobras, o cerca del presidente en actos multitudinarios como el del sábado.
Debe situarse en su justo contexto: la ahora gobernadora ganó antes dos veces en Benito Juárez y sostiene un fuerte vínculo con el presidente López Obrador, y ha sido arropada siempre por figuras, referentes y liderazgos del movimiento fundador. Bajo tales condiciones emprendió un proceso para responder, en el estado, a lo que se pretende en asuntos como igualdad, justicia social, prosperidad compartida y otros. En nueve meses su gobierno no sólo está en sintonía, sino que es puesto como ejemplo nacional. Hoy, políticas públicas, programas y proyectos permanecen alineados a los principios que enarbola el movimiento más allá de las fronteras estatales.
Si a la transformación estatal la distingue un aspecto es, sin duda, la participación de las mujeres. Se ha explicado ya en este mismo espacio: las mujeres tienen la mayoría de los cargos públicos de gran relevancia y donde se toman decisiones estratégicas. La gobernadora -la primera en la historia- es el ejemplo más emblemático. Por todo ello, y porque su partido impulsa con determinación aquella premisa de que “la transformación es con mujeres o no será”, el rasgo característico es la inclusión de un segmento antes relegado o, peor aun, segregado e ignorado.
Es un hecho: Quintana Roo vive su propia transformación y toca mirarla con atención.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES.
LUNES 3 DE JULIO DE 2023).
