Morena perdió voto útil

Hugo Martoccia | Mesa Chica >> Algunas semanas después de la elección de junio de 2019, que tuvo lugar en seis estados, entre ellos Quintana Roo, un pormenorizado estudio realizado por expertos determinó que a pesar de que MORENA había logrado un fuerte respaldo ciudadano y una gran cantidad de posiciones, había quedado también demostrado que sin la figura electoral de Andrés Manuel López Obrador, el partido había perdido mucho del voto útil que lo consagró como la gran fuerza política en 2018.
Los números, y las conclusiones, que repasaremos en esta columna, son de vital importancia para comenzar a palpitar la crucial elección de 2021, que podría cambiar o consolidar el mapa político actual. El análisis es muy válido, también, para la realidad política de Quintana Roo.
El análisis está basado en los resultados oficiales de esa elección, y fue realizado por Roberto Morales Noble y Ramón Vázquez Mendoza, de la Fundación de Estudios Políticos y Sociales Progresistas.
Los estados donde hubo elecciones fueron, además de Quintana Roo; Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla y Tamaulipas.
Algunos datos relevantes de ese estudio son que MORENA perdió el voto útil; que el PAN fue quien ganó ante esa situación; que el blanquiazul es también el partido que aparece como el competidor natural de MORENA, y que el destino final de los votos del PRI podrían cambiar o consolidar la actual relación de fuerzas en 2021 y los años siguientes.

DATOS DUROS

Uno de lo datos más impactantes de esa elección, según el estudio, es que, partido por partido, el PAN tuvo más votos que MORENA, como se ve en la gráfica de abajo. El PAN obtuvo 32.2% contra 28.6% de MORENA.
El frente lopezobradorista sumó otro 11.3% que le dieron sus aliados del Verde y el PT. Pero aun así, si al PAN se le suma el 9.5% del PRD y MC, queda casi dos puntos por encima del lopezobradorismo.
También impacta la relación descendente de la votación de MORENA en esos mismos estados entre la elección de 2018, con el factor AMLO, y la de 2019, ya sin su nombre en la boleta.
En ese punto, se muestra que el PAN recuperó casi 8 puntos porcentuales, mientras que MORENA perdió alrededor de 12 y el PRI 2 (Ver gráfica abajo).
Otro dato interesante es que el blanquiazul sostuvo su voto duro, y MORENA apenas lo está consolidando (quizá 2021 sea su momento) pero lo más relevante es que “el PAN aumentó su capacidad de convencer votantes volátiles, de un 18% en 2018 a 24% en 2019. En contraste, MORENA de convencer a la mitad del total de electores indecisos en 2018, bajó a poco más de 41%, aunque sigue siendo por mucho el partido que mayor atracción logra entre ellos”.
En posiciones políticas, MORENA fue sin dudas el gran ganador: le arrebató dos gubernaturas al PAN; ganó 29 de 54 diputaciones locales, y ganó 8 municipios de 55 en juego, pero esos 8 ganados concentran al 60% de la población donde hubo elecciones.

EL PAN Y LA DERECHA

Las conclusiones del estudio son una fuerte señal de alerta para MORENA, que nadie sabe si se ha tomado en cuenta, porque el partido sigue envuelto en sus riñas internas.
Dice el estudio:

“Hasta el momento, con el resultado de los procesos electorales de 2019 en 6 estados, la suma de la alianza de 2018 PAN-PRD-MC representa el 41.7% de la votación, mientras que Morena con el PT y su nueva alianza con el PVEM dan el 39.9%. Por lo que se pueden vislumbrar 2 escenarios:

  • Que crezca la insatisfacción activa contra los gobiernos de MORENA y se conformen 2 bloques equilibrados, uno lidereado por la derecha panista y el otro por la izquierda que representa AMLO.
  • Que Morena continúe con la hegemonía política, ya sea corrigiendo y convenciendo nuevamente a la ciudadanía o cooptando actores de peso, acciones que no son necesariamente excluyentes.
    En el horizonte no aparece, por el momento, un tercer actor que dispute la hegemonía política. Puede ser el proceso de decisión de los seguidores priístas, con su 14.4%, el que incline la balanza en lo futuro”.

EL ESCENARIO EN QR

Hay dos conclusiones de ese estudio que tienen un impacto muy importante en Quintana Roo, porque aluden, casi palabra por palabra, a la realidad actual en el estado.

Una de esas conclusiones dice: “Los candidatos de MORENA pasan por dificultades al no tener a AMLO en una boleta y ya están pagando el desgaste de gobernar, muy temprano por cierto”.
La otra dice: “Mientras unos electores que apoyaron a MORENA para su victoria en 2018 ahora reprueban su actuar y buscan otras alternativas, muchos otros pueden no estar convencidos sobre el desenvolvimiento de los gobiernos morenistas, pero tampoco quieren regresar a la situación previa”.

Entre esas dos frases podría estar el escenario electoral para Quintana Roo en la elección de Ayuntamientos de 2021 y la sucesión gubernamental de 2022.
Si se ven los números, entre la elección de ayuntamientos de 2018 y la de diputados de 2109, MORENA perdió alrededor de 12 puntos, pero aún así le alcanzó para conseguir, junto a sus aliados, 11 de los 15 distritos.
Ganó, incluso, los dos distritos de Othon P. Blanco, y siete de los relacionados con Benito Juárez, en donde sus gobiernos municipales sufren duros cuestionamientos mediáticos.
O sea, puede haber un voto desencantado del morenismo, pero no necesariamente lo capitalizan los otros partidos. O aun le dan una posibilidad más a AMLO y su gente.
Como dice el estudio, tampoco en Quintana Roo parece haber un tercero en discordia. El PRI, más que terciar, parece que se fusionará de algún modo con el oficialismo estatal; el PRD definirá apenas su sobrevivencia, y el MC perdió fuerza luego del fiasco electoral y político que significó la inclusión de José Luis “Chanito” Toledo Medina, que es repudiado por las bases partidarias, y que sólo le sumó 2000 votos al partido.
Pero hay otros datos de la realidad local que se deben tomar en cuenta. Una encuesta de febrero de la consultora C&E Research dice que el Presidente López Obrador tiene un 70% de aprobación en Quintana Roo, donde sigue siendo la principal figura política.
Con un número así, no será fácil para el PAN ponerse a la altura de ser competitivo, aún si el descontento con el morenismo se acentúa, o encabeza una alianza de todos contra MORENA.
Pero las señales ahí están, y nadie puede garantizar que no sea el inicio de un cambio de humor social.