Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 La cuenta de Twitter @maestranobel, sobre la vida y obra de Gabriela Mistral, nos recordaba ayer: “Un día como hoy, hace un siglo, Gabriela Mistral aborda en Valparaíso el vapor Orcoma, con destino México. La maestra chilena ha sido contratada por el gobierno mexicano para colaborar, como figura protagónica, en la que será la mayor Reforma Educativa del siglo XX americano”. Era el inicio de la relación entre la Premio Nobel de Literatura 1945 y el México de los primeros albores revolucionarios.
Ese dato gatilló decenas de recuerdos e ideas en quienes admiran a la poetisa. Quien escribe, creció en la misma región chilena donde lo hizo Lucila Godoy, más conocida como Gabriela Mistral. La niñez de esos pueblos aprende con la potente figura de la escritora en todos los útiles escolares. Debe ser, para la comunidad chilena residente en Quintana Roo, motivo de orgullo descubrir que algunos planteles llevan su nombre, como la secundaria de la región 227 de Cancún o el de Isla Mujeres, cercano al Mercado municipal.
No se desconoce en Sudamérica la relación con México ni el agradecimiento por sus aportes en esa revolución educativa liderada por José Vasconcelos. A la docente se le deben los talleres de lectura comentada, la enseñanza rural y otras formas de aprendizaje en las comunidades indígenas mexicanas de aquella época. Se desplazó por todo este territorio nacional con la misión encomendada y la cumplió cabalmente. Más tarde fue cónsul de Chile en Veracruz (ya con el Nobel en sus manos. Tremenda distinción).
En México se inspiró: escribió innumerables versos sobre la nación y su gente. Uno lo recordó ayer mismo la cuenta referida: “Nada de la patria me faltó, y si la patria fuese protección pudorosa, delicadísima, México fuera patria mía también”. En términos similares se expresó el también Nobel de Literatura chileno Pablo Neruda, quien mantuvo una prolífica relación con los grandes muralistas mexicanos, e igual fue cónsul general aquí. Pero esa es otra historia.
Es increíble que 100 años después se recuerde el inicio de un viaje cuyos efectos perduran y trascienden. En su museo, ubicado en la ciudad de Vicuña, Chile, México ocupa un sitio privilegiado de la maravillosa exposición. El recinto está lleno de pistas, como la del viaje aludido al inicio, para quienes empiezan a interesarse en una de las mujeres que marcó el siglo pasado, y que sigue motivando pensamientos sobre su legado.
(EDITORIAL PUBLICADO EN NOVEDADES. VIERNES 24 DE JUNIO DE 2022).
