Más tensión en Morena

Marcelo Salinas|En Órbita

La tensión en Morena crece impresionantemente. Cada episodio de discrepancias en el ámbito nacional (que se refleja incluso en los estados) pareciera “la mayor crisis”. Para muchos analistas, el partido del presidente López Obrador se supera a sí mismo en polémicas. La última: el congreso extraordinario de este domingo.

Dos versiones al respecto, tan antagónicas como “convincentes”: la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (cuyos resolutivos son inapelables) decidió por unanimidad declarar inválida la sesión del Consejo Nacional del pasado 30 de noviembre, y por lo tanto dejó sin efecto la realización de un Congreso Nacional Extraordinario este próximo domingo. Esa idea la defiende Yeidckol Polevnsky, la secretaria con funciones de presidenta.

Por su lado, Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional, contesta: De acuerdo con los estatutos, el Congreso Nacional Extraordinario puede ser convocado cuando lo soliciten por escrito la mayoría de los integrantes del Consejo Nacional, el Comité Ejecutivo Nacional o la tercera parte de los consejos estatales. E insistió en que 18 consejos estatales respaldan su convocatoria. Cumplen dos de tres elementos.

No se sabe quién tendrá la razón definitiva. Lo confirmado es que el domingo habrá movilización en extremo, y tal como en noviembre, es posible –por desgracia– que la violencia y las irregularidades sean dos factores presentes, lo cual no solamente desalienta la participación (más allá de que sea legal y legítima), sino que empeora la más reciente crisis del partido en el poder.

Todo ello en un año en que empiezan las elecciones (dos estados ya en proceso, el 2021 serán las mayores de la historia nacional) y cuando el gobierno federal está sometido al escrutinio público con pocas concesiones a estas alturas.

Como concepto, la cuarta transformación se diluye cada vez por asuntos como aquellos, por más que sea empujado desde potentes sectores. Porque de eso no cabe duda: Morena tiene grupos de intelectuales, experimentados y con ideas transformadoras de verdad; lo mismo que militantes creyentes en los preceptos que le han dado sustento.

En Quintana Roo también reina esa confusión. Se mueven varios que aspiran, aun cuando lo hagan con reserva pues no tienen la certeza por las declaraciones de los últimos días. Veremos qué sucede con este capítulo en un partido que gobierna, en el estado, al 80% de la población y manda hoy en el Congreso local.

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