Lucrar con tragedias

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) que fue creado en 1996 y comenzó operaciones en 1999 desapareció en octubre de 2021. En teoría era un mecanismo presupuestario para apoyar la rehabilitación de la infraestructura federal y estatal por desastres naturales, así como a los damnificados. En la práctica se convirtió, de acuerdo con la 4T, en un botín de autoridades de esas épocas.
Fue una “caja chica” de quienes lo manejaron, dicen desde el gobierno federal. En Quintana Roo se recuerda que bastaba una lluvia torrencial para elaborar la declaratoria de desastre y solicitar los recursos. Cuando el PAN y el PRI no eran aliados durante los sexenios de Fox y Calderón, los mandatarios quintanarroenses pedían con temor los recursos porque, además, era una partida que servía para condicionar o presionar políticamente. Se ponía en la mesa de negociaciones. Se lucraba con la tragedia.
El 21 de octubre de 2021 el Senado aprobó la extinción de otros 108 fideicomisos bajo el argumento del mal manejo de recursos por parte de funcionarios. Lo mismo ha pasado con fondos y fideicomisos recientes, como los del Poder Judicial, donde había más de 15 mil millones de pesos que serán devueltos a la Tesorería de la Federación. La extinción de partidas para temas específicos ha sido un asunto del debate nacional actual.
Se dice que el Fonden desapareció, no el presupuesto. Lo explicó el presidente López Obrador la semana pasada: “No hay límite en el presupuesto cuando se trata de atender una tragedia”. El Fonden sí tenía un techo; incluso, muchas veces se negaron recursos en un estado para atender emergencias porque estaban agotados en la solución de otras.
Probablemente ayudó a paliar catástrofes. Por ejemplo, Cancún se levantó rápidamente tras el hucarán “Wilma” de 2005 en parte por ese Fonden, aunque es innegable que fue objeto de operaciones políticas. Fue un secreto a voces en otros tiempos. Desde los gobiernos estatales priístas se reconocieron esas jugadas turbias.
La tragedia pega a Guerrero. Acapulco fue devastado y el saldo es incuantificable aún. Pero más allá de lo que puedan hacer los gobiernos, federal o estatales, la sociedad ya despliega una fuerza sin límites ni “techos” para ayudar a quienes padecen por estos días. México se caracteriza por ello. Quintana Roo conoce bien de esos fenómenos y de la solidaridad, que son actitudes ajenas a los círculos políticos donde se debate si el Fonden servía o no.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES.
LUNES 30 DE OCTUBRE DE 2023).