Los otros desafíos

Marcelo Salinas | En órbita >> Ensimismados durante meses en la contingencia por el coronavirus, se ha quitado relativa atención a otros desafíos que también provocan pérdidas e inquietud a una sociedad que no ve reposo. Desempleo, inseguridad y sargazo son algunos.
Pueden ser problemas concatenados o no, lo que no puede suceder es desatenderlos, de ninguna manera, aunque el presupuesto sea corto, las energías se concentren en la pandemia o la coordinación entre las partes involucradas sea menor que en otros ámbitos. En circunstancias de crisis como la actual, las pequeñas dificultades se exacerban y hasta multiplican.
En seguridad pública se advirtió que el desempleo podría inducir al delito, menor y mayor. Las cifras que pueden tender ahora a la baja resultarían un espejismo justificadas por las restricciones de movilidad y otras en el marco de la epidemia. Sin embargo, ya alertan robos, asaltos y otros de alto impacto. Era cuestión de tiempo, y probablemente la percepción de inseguridad será mayor por lo que está en juego ante la incertidumbre del momento.
En cambio, ciertos retos como el sargazo, un fenómeno cíclico de la naturaleza, pueden redituar si se halla la fórmula eficaz de contenerlo, extraerlo, procesarlo y obtener utilidad. Son miles de toneladas de alga marina en los basureros municipales; se está en espera de la norma ambiental para tratarlo como recurso y no como desecho, y según el monitoreo satelital llegará más a las costas quintanarroenses. Menos que en años anteriores, aunque seguirá llegando “el oro que viene del mar”. De tal crisis nace la oportunidad.
A lo que voy: con este proceso de reactivación que pareciera no tener marcha atrás para las autoridades, la ciudadanía del norte y del sur se reencontrarán con los viejos problemas. Algunos son nuevos. Ahí están ambos tipos. Podrán sumar -además de los citados- otros tantos producidos en las peores semanas, como la mala salud mental, la falta de recursos en época de inscripciones escolares, el endeudamiento, el aumento de la violencia intrafamiliar, y más.
Expertos sugieren no soltar los bonos, subsidios, créditos y demás herramientas para el arranque. Se hizo en la época de confinamiento, y bien se podría aplicar en esta. Los planes de reactivación debieran ser integrales para completar el círculo virtuoso al que se aspira.
El peligro no ha pasado. La pandemia no concluye. Pero la visión ya es otra al comenzar a salir, y evidentemente se resiente la realidad.