La última semana

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Es la última semana y resulta clave: este miércoles 1 de junio será el final de la actividad proselitista y el domingo 5 la jornada electoral. De jueves a sábado se abrirá el llamado “periodo de reflexión”, cuando cesa la difusión propagandística y la ciudadanía decide su voto. Son las horas más tensas en los “cuarteles de guerra”. Adrenalina pura. Todo lo que está en juego se define estos días. No hay mañana.
Quienes ganen el domingo 5 asumirán en septiembre próximo. Se trata de la gubernatura y el Congreso del estado, éste compuesto por 15 diputaciones de mayoría relativa y 10 de representación proporcional, denominadas “plurinominales”; así, las 25 integrarán la siguiente XVII Legislatura, que durará solo dos años para homologar con 2024, año de comicios para presidente de la república, ayuntamientos y congresos.
En los cierres suelen dejarlo todo quienes compiten porque se llega a la meta entre invitados especiales, mítines, propuestas sorpresa, caminatas ruidosas y otras acciones. No hay margen para el error. Bastaría un mal cálculo para arriesgar el proyecto y su futuro político. Por eso deben andar con pie de plomo, evitar improvisaciones y ajustarse al libreto.
Los equipos podrían facilitar una tarea impostergable: acercar las propuestas, mostrarlas y convencer a quienes aún no deciden. Durante las encuestas del proceso, un alto porcentaje que rondó siempre el 20% se dijo “indeciso”, lo cual debió significar un reto durante los 60 días de campaña para la gubernatura y los 45 para las diputaciones. Es que con una parte proporcional de ese 20% se podría incluso ganar.
Si no se hizo la tarea con eficacia durante las campañas por falta de tiempo o urgencias, estos días son ideales para cerrar la pinza en corto, cara a cara. Dejarlo al garete abre la posibilidad de la derrota o que avance el abstencionismo, un fenómeno recurrente en Quintana Roo; por ejemplo, en 2019 solo eligió el 23% a quienes integran la actual XVI Legislatura, y aun cuando podría abatirse fácilmente este año, la participación siempre se antoja masiva.
“A matar o morir” es una expresión que grafica lo que pasará en las siguientes jornadas, y para salir vivos deben cerrar filas, olvidarse del protagonismo personal, despojarse de ambiciones y movilizarse en equipo. Es una fórmula sencilla que, sin embargo, no todos la aceptan ni entienden.
Ya llegará el momento para sacar cuentas del proceso. De esa rendición, nadie escapa.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. LUNES 30 DE MAYO DE 2022).