Marcelo Salinas|En órbita 👉🏽 Por estas fechas se habla de «la tregua navideña», un cese de hostilidades en la política. Sucede que en otros años también ha coincidido con procesos electorales o preelectorales como el actual; es decir, cuando el tiroteo entre aspirantes, partidos y alianzas es cosa común por todo lo que se juega. Entonces, el alto al fuego es propiciado por el ambiente propio de Navidad y hasta fin de año. De allí el nombre, para quienes desconocen el concepto.
Esta vez se nota algo distinto. Puede ser simple percepción, pero se siente menos pesado el ambiente político. Las dos posibles causas son claras: la pandemia con sus múltiples daños ha desgastado a protagonistas del sector, con una toma de decisiones en otros ámbitos. La segunda obedece a que es pronto para ver ese tiroteo, pues acaban de anunciar alianzas y falta por definir candidaturas. O sea, es cuestión de tiempo para lo mismo de siempre.
Como sea, el contexto se antoja para que cambien el discurso, las formas y los compromisos, porque la contingencia sanitaria y las crisis han evidenciado las enormes carencias de las políticas públicas, de los gobiernos y de las instancias que históricamente han socorrido. No es una crítica (el mundo falló ante la pandemia), sino que, para insistir en la idea, es momento para replantear el mensaje que baja a la ciudadanía, una que sabe premiar y castigar.
Con dicha premisa asumida, las promesas no deben redundar en las temáticas tan recurrentes rumbo a las campañas, sino que las exigencias y las prioridades son otras. Nadie puede dudar que la salud, por citar el más obvio, ya no es una cuestión abstracta como sonaba antes de la emergencia. Hoy, desde el presupuesto hasta los primeros auxilios, deben ser revisados para ajustarlos a la realidad, en su justa dimensión.
La sociedad está reclamando empleos con garantías, para evitar despidos sin beneficios como ocurrió durante la peor etapa de la crisis. En materia educativa, fortalecer la instrucción a distancia; en tecnología, poner herramientas al alcance, y el emprendimiento, ser fomentado con ventajas competitivas desde la preparatoria. Son algunos que sí podrán manejar, en distintas fases, las próximas autoridades municipales y diputados o diputados federales que serán elegidos en junio de 2021.
La tregua podría servir para homologar criterios entre los rivales para trabajar sobre metas compartidas, sin dejar la competencia. No se trata de abandonar la esencia ni la oposición ni jugar para el otro, sino de hacerlo con altura de miras.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. LUNES 28 DE DICIEMBRE DE 2020)