La gran reforma

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Hasta ayer se han desarrollado ocho foros acerca de la reforma eléctrica; según lo programado serían 19, hasta mediados de febrero, y se presentaría para votación en la Cámara baja el 15 de abril, tras la consulta sobre la revocación de mandato al presidente López Obrador, prevista para el 10 de ese mismo mes, de acuerdo con lo difundido por el Instituto Nacional Electoral.
Le llaman parlamento abierto, es trasmitido en diversas plataformas y tiene una difusión inédita en lo concerniente a una iniciativa que modificaría la Constitución. Ha sido tendencia en redes sociales y motiva giras en distritos electorales. Todo un despliegue. Los anteriores son datos proporcionados por la diputada federal Anahí González, una de las más activas en el tema, al convocar a asambleas informativas, divulgar datos en redes, consultar a expertos y aclarar la información en ciernes.
Para propagar los ejes de la reforma vino a Cancún Diego Hernández, secretario de Comunicación, Difusión y Propaganda de Morena, partido que articula la reforma impulsada por el ejecutivo federal. La pregunta es: ¿Cuál es el espíritu de la reforma en cuestión? Recuperar el control del Estado en la materia, fortalecer la CFE, la explotación exclusiva del litio, dar participación a privados con supervisión permanente, bajar las tarifas, proteger el patrimonio nacional, transitar hacia un modelo de energías limpias, entre otros propósitos.
«Desde su creación la CFE ha sido fundamental en el avance económico y social del país, lo que ha permitido el financiamiento del sistema de salud, del sistema de seguridad social y del desarrollo industrial de nuestra nación. La electricidad es un recurso fundamental para las familias mexicanas, las empresas, las industrias y para el país en general, por lo que debe ser suficiente, a precios bajos y promover energías limpias», dice la diputada Anahí González, quien resume así su postura durante la participación en el frente nacional de defensa.
México requiere una matriz energética con un objetivo social y un plan de largo plazo para combatir el cambio climático. Es imperativo tener congruencia entre energía, desarrollo y medio ambiente. La transición energética es una exigencia de la emergencia climática, y las acciones que no se tomen antes del 2030 para revertir el cambio climático, harán imposibles las medidas de mitigación en las siguientes décadas.
El debate no debe limitarse a la política, ni a las discrepancias entre partidos o bancadas. Es un asunto de prioridad nacional.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 28 DE ENERO DE 2022).