AGENCIAS >> David Beasley, director del Programa Mundial de Alimentos (WFP), ha advertido al Consejo de Seguridad de la ONU que si no actúa inmediatamente la crisis del coronavirus se sumará a las que ya existían para traer al mundo «hambrunas de proporciones bíblicas en pocos meses».
«La resolución 2417 destacó la necesidad de sistemas de alerta para detectar a tiempo», recordó. «Pues bien, estoy aquí hoy para hacer sonar esa alarma». Beasley cree que no tiene tiempo para andarse con rodeos. «Hay un peligro real de que pueda morir más gente de hambre del impacto económico deL COVID-19 que del virus mismo», avisó.
Según sus estimaciones, esta enfermedad puede poner a 130 millones de personas al borde de la inanición para final de año, que se sumarían a los 135 millones ya existentes en el planeta, hasta subir el total a 265 millones de personas. «Nuestro análisis es que 300.000 personas pueden morir de hambre cada día durante tres meses, sin incluir el coste del coronavirus», sentenció.
La interrupción de las cadenas internacionales de suministro, el cierre de fábricas, la escasez de bienes, la cancelación de vuelos y transportes de mercancías en todo el mundo, el daño a las economías y la previsible contracción de las contribuciones que hacen los países a la ayuda humanitaria son la receta para una pandemia de hambre que quitará de en medio a más gente que el virus mismo, rematando a los más vulnerables.
El alto funcionario dijo que incluso antes de que iniciara la pandemia del coronavirus, se preveía que el 2020 sería el año con la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial alimentada por conflictos armados como los que ocurren en Siria, Yemen y Sudán del Sur, además de los desastres naturales que cada día son más frecuentes debido a los patrones climáticos cambiantes.
«A la crisis económica que tenemos en Etiopía, Sudán y el Líbano, que afecta a millones de refugiados sirios, se suma ahora el covid-19, por lo que estamos a puertas de la tormenta perfecta», indicó Beasley.
Los datos del informe indican que entre los 10 países con las peores crisis alimentarias del 2019 se encuentra Venezuela, que junto a otras 9 naciones representa el 66% de la población mundial en situación de crisis.