Marcelo Salinas | En órbita >> Las mujeres gobiernan y administran Quintana Roo. Los ejemplos se conocen: Benito Juárez, Solidaridad, Puerto Morelos y José María Morelos (70% de la población aproximadamente), el Congreso del estado (13 de 25), Cabildos, árbitros electorales e instituciones públicas diversas. Es más, el partido Morena, que ha ostentado las ventajas propias de la competencia electoral, podría ser presidido pronto por una mujer.
Hace tiempo que ganan espacios en política y gobierno. La pregunta: «¿Está preparado el estado para ser gobernado por una mujer?», lanzada al aire durante años, ha quedado desfasada y suena estereotipada. Es incluso ofensiva por la implícita duda en torno a méritos y capacidades que suponen quienes cuestionan.
Son otros tiempos; han avanzado en leyes, cargos, redes de apoyo y participación. Falta por hacer, advierten las expertas, aunque la ruta de progreso ya fue trazada y empiezan a caminarla juntas. Los resultados están a la vista. Algunos hombres lo fomentan y aplauden; otros reniegan y rehúyen. Pero no es una lucha de género en sí, prefieren llamarle paridad, piso parejo, equilibrio, igualdad.
La magistrada Claudia Carrillo Gasca del Tribunal Electoral de Quintana Roo, por estas fechas brinda charlas sobre violencia política contra la mujer en razón de género, a la luz de las recientes reformas de este año, aprobadas en la Cámara de Diputados y el Senado, y publicadas en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor. Fue un logro histórico.
Los avances son múltiples, pero también los desafíos: vacíos legales, falta la homologación en la XVI Legislatura, incentivar el debate, fomentar la denuncia, promover la participación, consolidar la inclusión, visibilizar la problemática y otros que enlista la magistrada del Teqroo en sus videoconferencias que son visualizadas por miles de mujeres y hombres comprometidos con la causa.
Carrillo Gasca ha sido víctima de violencia política, sabe lo que habla por obvias razones y porque además es una estudiosa del asunto. Con esa perspectiva, está interesada en evitar que sus congéneres sufran lo mismo, e impulsa una red para el estudio, el análisis y la interpretación de las leyes en la materia, sin colores partidistas ni distinciones de ningún tipo. Imparcial y objetivamente, como puntualiza ella misma al describir su quehacer.
En el padrón electoral nacional predominan y en el estatal se acercan al 50%; es decir, no sólo «gobiernan», como plantea el título, sino que deciden en cuestiones trascendentales desde toda trinchera.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES)
