Marcelo Salinas | En órbita >> Quintana Roo dejó de figurar entre las entidades con más casos activos y su logro fue destacado por las autoridades federales en la conferencia vespertina del lunes pasado, cuando el subsecretario federal de Salud, Hugo López-Gatell, elogió a quienes comandan los esfuerzos locales. Resalta la situación de Cancún donde habita más de la mitad; por lo tanto, el impacto ha sido mayor a juzgar por los números. Pero empieza a mejorar el panorama que sin duda aún es amargo.
Por lo mismo, se debía actuar con firmeza, claridad e inmediatez, y se ha hecho. Como primera autoridad municipal, Mara Lezama es la responsable. Entre diversas acciones, cabe subrayar su estrategia “en vivo”, gracias a la cual se consolidó un vínculo directo con la ciudadanía para llegar oportunamente al mayor número posible. La reivindicación de la que hablan, pasa por lo digital.
Así, se ha procurado administrar, gestionar y cumplir “en tiempo real”, sin eludir preguntas, ni ocultar comentarios, ni escapar a polémicas, relacionadas o no con la pandemia. Tal fue el caso del predio junto a Playa Delfines, abordado y explicado en dicha interacción con hasta 5 mil perfiles únicos por jornada en promedio.
Tras la dinámica en Facebook Live se ejecuta otra de difusión complementaria, que posiciona sus mensajes primordiales para propiciar que estos sean compartidos, con lo cual crece exponencialmente la audiencia: hogares, empresas, oficinas.
Lo de “El mirador” no es el único ejemplo de eficacia con las redes sociales; un éxito que Mara conoció frente a pantallas y micrófonos por su programa de apoyo social cuando fue comunicadora, hoy en beneficio de todos los gobernados. Nada nuevo para ella en ese terreno.
En estricto rigor la coordinación entre los tres gobiernos ha permitido reducir la movilidad hasta en un 85% y bajar la tasa paulatinamente, como fue pronosticado. No se equivocaron. Aunque la articulación, sin un mensaje claro, pertinente, constante e insistente como el suyo, de poco sirve a una población que sufre la peor crisis en 50 años de historia.
No es la panacea, pero nadie niega cuánto ayuda en una época que la gente necesita expresarse libremente, sentirse escuchada y recibir orientación oficial permanente.
Dar la cara es lo primero en tiempos difíciles por el cierre de empresas, la caída de los indicadores turísticos, el desempleo y las restricciones. No todos lo hacen. Pocos saben cómo.