Fitur: los motivos

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 La Fitur es una de las ferias turísticas más importantes del mundo. En Novedades Quintana Roo se pueden leer los detalles del magno foro. Casi por diversión, los especialistas suelen debatir si es ésta, la de Madrid, o es la de Londres, la más influyente en la industria, considerada un motor de la economía global. El caso es que, para México, y principalmente para Quintana Roo, la realizada por estas fechas en España es imprescindible: uno de cada tres cuartos es de capital español en el Caribe mexicano y aproximadamente 200 mil turistas de ese origen arriban cada año vía aérea.
Sobran motivos para estar presentes. Por eso las comitivas son numerosas y desarrollan actividades que unen ciudades, propician negocios, fomentan alianzas y concretan inversiones. Los anuncios de horas recientes respaldan lo planteado. Durante años ha sido así; lo distinto ahora es la forma en que se proponen los acuerdos y se presentan las obras emblemáticas, las cuales incentivan más inversiones en torno a proyectos como el Tren Maya, el aeropuerto en los límites de Carrillo Puerto y Tulum, entre otros.
México rompió el récord con el pabellón más grande de América: mil 111 metros cuadrados, 105 módulos y una comitiva integrada por cerca de 270 participantes. La delegación nacional, con Quintana Roo a la cabeza, no pasa inadvertida para los 130 países restantes en la cita. Lo obligado es sacar provecho en una vitrina de tal magnitud, amarrar negocios y ganar posicionamiento mundial.
De acuerdo con el Programa Sectorial de Turismo 2020-2024, el nuevo propósito de la política turística es eliminar la concentración de la infraestructura y los servicios en pocos destinos, particularmente de sol y playa, incluyendo más localidades donde se encuentra la mayor riqueza cultural y natural. La ventaja es que Quintana Roo no vive ni vivirá solamente de sus playas: hacia el sur, Maya Ka’an, Ruta del Río Hondo o Barrio Mágico comienzan a mostrar otra cara.

DESORBITADO
El tema Uber se vuelve confuso para la sociedad, e incluso para los protagonistas, porque falta hablar con firmeza y transparencia. Los legisladores locales deberán asumir el costo político: los derechos no pueden supeditarse a los intereses sindicales. En el marco de nuevas reglas, son inadmisibles los chantajes y las amenazas. Posponer el asunto no es buena señal ni para la empresa ni para los taxistas ni para los partidos que pueden decidir con mayoría.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 20 DE ENERO DE 2023).