¿Es temor al Verde?

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Y entonces qué, ¿está mal que el Verde lo quiera todo? La pregunta nace de una polémica creciente en torno a las aspiraciones de la nueva segunda fuerza política en Quintana Roo, de la cual, se dice con frecuencia, «va por todo». Parece reclamo, propagado evidentemente por otros partidos y personajes poco o nada favorecidos con la nueva correlación, porque los actores de dicho partido obviamente defienden su misión. ¿Qué quiere o pide el Verde? Es la primera pregunta.

Las versiones apuntan a que el primer año de la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Nota: anoche fue confirmado que la tendrá el primer año); Comisiones estratégicas como Hacienda, Puntos Constitucionales y Puntos Legislativos; sumar más diputados de la nueva legislatura; convencer a «Chepe» Contreras de que declare Bacalar «territorio verde»; y hacia el 2024 quedarse en Benito Juárez, mantener Puerto Morelos, y abordar Solidaridad y Cozumel. Hay que decirlo: es un plan que figura en la cabeza de muchos. Para todo ello, hay incluso nombres en la mesa.

Cabe la pregunta: ¿Está mal? Todo partido juega a ganar algo, ya sea espacios, poder, presencia o prerrogativas. Compite para ganar algo. El Verde también lo hace, como en su momento el PRI y ahora Morena, que igual quiere todo. No debe ser una expresión de condena. Sucede que la crítica por «las formas» no encuentra eco suficiente pues toca a los aliados y es mejor no exponerse. Sucede que no reparten el pastel y eso enoja. Lo que pasó en el Distrito 2 en la elección pasada, es fiel reflejo de lo anterior: la crítica no debe ser un autoflagelo. Es a conveniencia.

«Lo quiere todo» no tiene fuerza si solo atañe a la estrategia de un partido que ha ido de menos a más y ha sido buscado por sus socios poderosos (antes el PRI y ahora Morena). Pasa que ahora es un incómodo porque «avanza mucho», sus protagonistas son institucionales y demuestran unidad, y los otros muy poco. El principal problema sería que le tienen miedo. Otros niegan y rechazan tal versión.

La otra pregunta en el aire es si Morena rompe con el Verde, este último ¿podrá solo en 2024, por ejemplo? El cuestionamiento nace en los grupos que reniegan de la coalición y el argumento es que el PVEM se ha hecho al amparo de los grandes, llevado de la mano por los que triunfan. Hay una parte de verdad en ello, y la respuesta no puede anticiparse categóricamente. Morena es, sin duda, la maquinaria electoral.

Por lo pronto el Verde marca agenda, genera debate, suma y sigue. De mantenerse en aquella ruta, comenzará a mirar seriamente el 2027 y eso provocará dificultades mayores más allá del morenismo.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2022).