Encarar el drama

Marcelo Salinas|En órbita 👉🏾 ¿Cómo hacer frente a los dos grandes retos? Tanto la pandemia como el sargazo ya son fenómenos conocidos, para los cuales se aplican programas, planes y estrategias, que deben ser evaluados constantemente, con rigor. El error es aflojar medidas, minimizar los riesgos o esconder sus daños. No son asuntos fortuitos. Traen problemas colaterales que debieran ser relativamente controlados porque se ha aprendido de ambos. No sorprenden a estas alturas «otra ola» de contagios, una nueva cepa, o un recale masivo de algas en cierta zona de la costa.
La clave está en cómo afrontarlos. Quintana Roo ha emprendido su reactivación más sólida, lo que se refleja en la conectividad aérea, la ocupación hotelera, la llegada de cruceros y la derrama económica. Frenar todo de golpe por una nueva ola de contagios o una nueva cepa como la Delta, es impensable por lo que implicaría. Pero ello no significa bajar la guardia ni menos ignorar la situación. La experiencia internacional dicta que sirven los testeos, la trazabilidad y el aislamiento cuando se comprueba un alza de casos. ¿Se hace?
México no dispone cuarentenas obligatorias, ni cierre de fronteras, ni toques de queda. Los negocios funcionan con restricciones más bien flexibles. En Cancún y la Riviera Maya se ven fiestas explosivas en bares y balnearios. ¿Es un peligro? Por supuesto. Aunque todo ello, al seguir funcionando ya sea por la vocación o la necesidad, puede controlarse con medidas sanitarias, muchas de las cuales recaen en la responsabilidad personal. Estar informado, ser responsable y practicar la solidaridad, no son clichés ante un peligro latente: salvan la vida. No hay matices.
El sargazo pasó de ser considerado un asunto de seguridad nacional, luego una contingencia ambiental preocupante, y ahora un fenómeno natural al que debemos acostumbrarnos. De la Marina, que coordina los esfuerzos en el Caribe mexicano, se dice que está rebasada en un año atípico de arribazón como éste. Pero el alga no aparece de la nada, saben que se reproduce por las condiciones climáticas del mar y que se dirige invariablemente hacia la costa continental, precisamente para recalar. ¿Funciona el monitoreo satelital? ¿Es útil dejarla llegar para su acopio masivo? ¿Gana alguien con ello? ¿Por qué no sumar voluntades para evitar el aparente desastre en determinadas playas? La especulación vuela en redes.
En círculos hoteleros admiten que la supuesta falta de control en ambos temas redujo la confianza de los viajeros, lo que impacta negativamente en todos los indicadores turísticos. En este mismo espacio, el lunes pasado, se expusieron números que evidencian la caída en dicha expectativa: simplemente no se cumplirá lo proyectado en los más optimistas balances. La culpa, en todo caso, es compartida entre sociedad, gobiernos e iniciativa privada.
Enfrentar hoy con realismo, firmeza e integralmente ambos problemas, sobre todo el sargazo, servirá para no contar el mismo drama todos los años.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. MIÉRCOLES 30 DE JUNIO DE 2021).