Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Las autoridades y los árbitros electorales aseguraban hasta ayer que todo transcurría con normalidad para la jornada de este domingo, cuando se elegirá gubernatura y diputaciones locales en Quintana Roo. Se referían principalmente a la entrega del material de capacitadores a funcionarios de casillas y asistentes. También el retiro de acreditaciones a la prensa estaba en curso. Pero la lluvia abundante y la probabilidad de un fenómeno hidrometeorológico, ponía ya los pelos de punta.
Las campañas se desarrollaron bajo normalidad, salvo situaciones particulares. Por ello siempre se dijo que un fenómeno natural típico de la temporada (como depresiones, tormentas o huracanes) sería lo único que pudiera empañar los comicios. El otro riesgo es la inseguridad (y la violencia) más por el contexto nacional, aunque en el estado no es una cuestión inminente en dicho marco.
Incluso ayer el presidente López Obrador rechazó la versión de que existan “focos rojos” en los seis estados donde habrá elecciones. Sostuvo que la Guardia Nacional tiene órdenes precisas y sugirió no dejarse apantallar pues la abstención ayuda a los mapaches, «porque cuando la gente no vota, ellos se benefician; y cuando la gente sale a votar, no les alcanza ni comprando votos».
Queda estar pendiente de los fenómenos cercanos a la región. Pero nada raro para la época, porque la temporada ciclónica inició el 1 de junio y concluirá el 30 de noviembre. Años atrás las elecciones eran en febrero y las autoridades electas rendían protesta en abril; y dicen algunos, que era así precisamente para anticiparse a los efectos climatológicos tan comunes. Como sea, sobran las razones de homologar comicios y desarrollarlos por estas fechas. Ese es otro tema.
Nada ni nadie debiera eclipsar lo que pinta para convertirse en una fiesta democrática. Esta vez podrían establecerse hitos que valdrán la pena ser analizados en su momento, si es que se consolidan como se prevé. Por ahora, el seguimiento puntal al citado factor de riesgo es tarea obligada y enterarse por medios oficiales es lo más recomendable.
Esperemos que no llueva sobre mojado. Una participación ciudadana ejemplar y copiosa es una aspiración vigente pese a todo. Vencer al abstencionismo se ha vuelto una meta recurrente en los últimos procesos en la entidad, y ahora, cuando se proyecta una afluencia superior al 50%, una amenaza como tal pudiera inhibir, dificultar o desanimar a la ciudadanía.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 3 DE JUNIO DE 2022).