Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 El Congreso del estado debe ser, por definición, la institución democrática por excelencia donde se propicie y fomente el debate. También el diálogo, los acuerdos y los consensos, e igualmente caben las reflexiones interesantes, como la del «12 de Octubre», para visibilizar la resistencia indígena y el encuentro de dos mundos y culturas, antes llamado «Día de Raza», una connotación en desuso progresivo en toda América Latina. La bancada de Morena lo expuso atinadamente en la sesión del martes pasado.
Pero el debate por sí solo resulta imprescindible, es una parte fundamental de las sesiones o de las reuniones de Comisiones, para evitar la participación monopólica y ofrecer la riqueza argumentativa sobre todos los puntos de vista en torno a temas o planteamientos, aunque no todos configuren una iniciativa para someterla posteriormente a votación. Y entonces se precipita la pregunta: ¿Cómo va la XVII Legislatura al respecto?
En poco más de un mes se ha optado por revisar el rezago, situar lo propio del reacomodo de fuerzas políticas al interior, elaborar una agenda, entre otras acciones. En ese mes, se cuentan más hechos relacionados con la organización, que con el debate, porque éste se prevé en el futuro inmediato en torno a ciertos asuntos, principalmente con la nueva ley orgánica, la despenalización del aborto, Aguakan (que fue rechazada mediante consulta popular en Benito Juárez, Puerto Morelos e Isla Mujeres) y las comparecencias para informar cómo recibieron las distintas áreas de la administración.
Sobre lo último, la atención se pone en la rendición de cuentas del titular de Sefiplan, Eugenio Segura, el 19 de octubre, y la del fiscal Óscar Montes de Oca el próximo día 25. No obstante, serán interesantes las de Cojudeq ese mismo 25; Salud, el siguiente día 26; Seguridad Pública, el 3 de noviembre, y CAPA, el mismo día. Desde el próximo martes 18 se verá el desfile de representantes. Mucha expectación.
¿Qué se busca? Justamente un debate sano y abierto. La exposición de motivos deberá estar acompañada por un intercambio de ideas que incentiven el debate, porque lo exigen la ciudadanía y los tiempos, que la mayoría de allí califica «históricos». Es evidente la utilidad del debate como ejercicio cognitivo y comunicativo.
Hasta ahora, Hugo Alday, Julián Ricalde y Renán Sánchez, Mildred Ávila, Cinthya Millán y Luz María Beristain, han precalentado el ambiente del Congreso con ciertas temáticas.
La gente espera debates, quiere confrontación, pero, sobre todo, necesita respuestas claras a mucha información confusa: La deuda pública y la inseguridad son dos ejemplos.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 14 DE OCTUBRE DE 2022).
