De puertas abiertas

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Quintana Roo es un gran hogar de puertas abiertas. Se ha publicado en este espacio durante años: gracias a su condición geográfica, política migratoria, crecimiento económico, resiliencia, oferta laboral, característica cosmopolita y calidez de la gente, el estado recibe cada año a miles de personas procedentes de distintas latitudes, incluyendo el extranjero.
Antes de la pandemia el arribo era incesante, y en buena parte de la contingencia, siguieron llegando familias: unas por la crisis económica, otras por el régimen político en sus países de origen, y algunas más simplemente para probar suerte.
Por lo mismo, resulta un fenómeno digno de estudio serio y más frecuente. Ayer rondó un dato interesante para analizar: en 2021 llegaron a Quintana Roo más migrantes de Argentina que de Cuba. Entre las y los residentes temporales de reciente arribo se encuentran los nacionales de Estados Unidos, seguidos de argentinos y después de cubanos. El país sudamericano enfrenta una situación adversa en sus finanzas, la inflación es galopante y el “riesgo país” se incrementó, publican medios de esa nación.
Cabe destacar que los argentinos y cubanos documentados en la entidad representaban el año pasado el 33.5% y el 27.7% respectivamente, de acuerdo con el Anuario de Movilidad y Migración Internacional en las Entidades Federativas de México, edición 2021, que elabora la Secretaría de Gobernación por conducto de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP).
Dos datos más. El primero: El Informe destaca que, aun cuando es un estado fronterizo relativamente cercano a Centroamérica, no es una entidad con grandes flujos de personas migrantes en tránsito irregular. La movilidad internacional en Quintana Roo es casi documentada en su totalidad y con fines de recreación turística. El segundo: En el contexto de las dinámicas de movilidad, posterior a los meses de mayor emergencia sanitaria, aún se está lejos de alcanzar los niveles de 2019, con un rezago en el flujo de entradas de 48.8%, aunque respecto a 2020 muestre un crecimiento de 49.3%.
Con todo lo anterior se deduce que el tránsito ilegal es bajo o muy bajo, se recupera el dinamismo y el destino atrae con mayor agilidad a personas de regiones más alejadas, como Sudamérica, y no necesariamente de las zonas vecinas inmediatas.
Dicha situación invita a analizar los fenómenos sociales asociados, como la identidad, los tipos de familia o la calidad de los empleos, por citar algunos.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. MIÉRCOLES 23 DE NOVIEMBRE DE 2022).