Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Hoy comienza la edición 42 de la Fitur, una de las ferias turísticas más importantes del mundo, en Madrid, España, con la presencia de 107 países y de unas 7 mil empresas; una participación que pretende acelerar la actividad, aun cuando se crea que la recuperación de los niveles prepandemia no se consolidará hasta 2023. Pero dicho pronóstico no es más que eso: un escenario posible y probable, aunque nada o poco es seguro en tiempos tan volátiles.
Las variantes y otros factores -como las personas no vacunadas- podrían modificar indefinidamente los planes y el sector seguirá posponiendo la reactivación total. Lo importante es avanzar en los planes que se adaptan a nuevos desafíos y tendencias a la vista. Hasta el domingo 23 -cuando concluirá la citada feria- todo lo anterior será de intenso debate. Retos, riesgos y modas forman parte de la agenda. Y es positivo, porque así orientan los trabajos emanados de toda la cadena productiva asociada.
En el Caribe mexicano se atienden las recomendaciones de los organismos internacionales, pero deben apuntalarse cuanto antes para estar siempre listos. Los cambios en la conducta de los viajeros son evidentes: piden actuar con mayor responsabilidad seriedad en relación con el tema Covid, en desarrollar la sostenibilidad, entre otros aspectos que apelan a la corresponsabilidad con el entorno en su todo. Buscan la naturaleza, el turismo rural, los viajes fuera de lo común, disfrutan las actividades que ofrece el medio más cercano y que les garanticen medidas sanitarias.
Quienes viajen en el futuro inmediato serán más exigentes, y no responder favorablemente ante las nuevas demandas, o hacerlo a medias, tendría repercusiones negativas para Quintana Roo. No se puede permitir. Por eso el Caribe mexicano acude a Europa con la misión de promover los destinos con las mismas estrategias que han dado resultado en dos años, renovar la red de contactos, así como fortalecer las relaciones comerciales con aerolíneas y touroperadores. Empezando por el mercado español, uno de los principales emisores de turistas hacia el Caribe Mexicano. En 2019 México captó más de 390 mil arribos de ese país; de los cuales, más de 167 mil llegaron a Quintana Roo. Además, han invertido en unas 14 cadenas hoteleras que suman cerca de 35 mil habitaciones.
El Caribe mexicano se adapta y reinventa con inusitada rapidez, así lo ha hecho tras huracanes devastadores y otras contingencias. Sin perder dicha característica ni su esencia que le da fama mundial, deberá readaptarse las veces que sean necesarias frente a un panorama internacional tan confuso.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. MIÉRCOLES 19 DE ENERO DE 2022).
