Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Suele decirse con razón en el contexto nacional que el Partido Acción Nacional está mejor que sus otros dos aliados, PRI y PRD, porque mientras el tricolor se desmorona por las derrotas y las crisis, y el sol azteca camina por la cornisa de la desaparición, los albiazules se ven con una institución más sólida, estructurados y con planes. Es una visión generalizada que se comparte también en Quintana Roo.
En 2024 se competirá por nueve gubernaturas, entre ellas la de Guanajuato, su preciado bastión desde 1991. El otro reducto es el vecino estado Yucatán. Para el futuro del frente amplio (y particularmente para el PAN) sería ideal competir para ganar en dicha entidad del centro. En la práctica, Guanajuato es hoy para el PAN como fue el Estado de México para el PRI. Ello significa que tiene, además, un valor simbólico en la «genética» actual de regeneración.
Por ello el PAN se arma lo mejor posible, no sólo para librar esa batalla, sino para intentar reconquistar lo que tuvo. Quintana Roo no es la excepción, donde la dirigencia de Reyna Tamayo reorganiza un partido que recibió de la dupla Faustino Uicab y Eduardo Martínez Arcilla, quienes perdieron casi todos los espacios de poder.
Qué difícil tarea inicial la de Reyna al frente, porque los anteriores le dejaron crisis, caos, deudas y derrotas. La regidora de Benito Juárez -y también dirigente estatal- recibió un cochinero que ha debido limpiar con el tiempo. El orden es necesario; sin él, salir a pelear el próximo año sería una ruta muy cuesta arriba.
El llamado «nuevo PAN» avanza a su ritmo en el estado, con la mira puesta en ciertas demarcaciones, aunque el saldo final está por verse.
DESORBITADO
En Cancún siempre se necesita mano firme porque los desafíos son complejos. Se trata del municipio más poblado, más relevante en términos económicos y electoralmente más disputado. Esa situación la entendió la presidenta municipal Ana Patricia Peralta desde que comenzó su gestión, en septiembre del año pasado.
En estos meses ha consolidado una firmeza en el discurso que equilibra con estrategia en los hechos, para manejar con éxito los hilos más finos.
Lo mismo aplicó frente a su gabinete (para que trabajaran a su ritmo), que recientemente con Aguakan (por el servicio deficiente en decenas de colonias) y ahora con el relleno sanitario (ya colapsado). En todos se impuso la voz firme a favor de la población.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES.
LUNES 24 DE JULIO DE 2023).
