A tambor batiente

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 En noviembre proyectamos en este mismo espacio la bonanza turística en el Caribe mexicano, la que hoy se constata con indicadores sólidos. Algunos hoteles de Quintana Roo anticipan lleno total en las vacaciones de invierno, que comenzarán mañana 18, gracias a un millón 300 mil visitantes que llegarían al destino, de acuerdo con el cálculo de las autoridades de Quintana Roo.
En comparación, este año cerrará con 80% del arribo previo a la pandemia, a ese porcentaje equivalen los 12.5 millones de turistas que arribarían al destino al cerrar este 2021. La mejor noticia es que en 2022 se espera no solo igualar, sino superar los niveles de 2019, considerado uno de los mejores año para el sector.
El sábado pasado ya se batió un récord con 567 operaciones en el Aeropuerto Internacional de Cancún, el mejor número desde el inicio de la pandemia. Esa cifra alentó a quienes participan de la gran cadena productiva asociada, porque ni los brotes de violencia ni la nueva cepa desalentó a viajeros. En el fondo, es el manejo ante la pandemia la que brinda certezas. Así se interpreta aquella variable.
Por otro lado, el estado se posiciona en el primer lugar nacional en generación de nuevos empleos, de acuerdo con el portal «México ¿Cómo vamos?». La Secretaría estatal del Trabajo y Previsión Social, de Catalina Portillo, estima que ya son 70 mil empleos recuperados, de un total de 90 mil perdidos en la contingencia, y que antes del primer trimestre del próximo año se recuperarían los 20 mil restantes; incluso, creando nuevas plazas laborales hacia Semana Santa. El pasado fin de semana se divulgó que la Riviera Maya tendrá disponible para este periodo de asueto cerca de 17 mil vacantes.
Todos los mencionados son signos de la recuperación económica. Pero, ¿qué sigue? Cuidar lo ganado, sobre todo en seguridad pública y en seguridad sanitaria, dos desafíos latentes por el contexto. Es momento de coordinar acciones para ofrecer seguridad y confianza; hacer más ágil el desplazamiento de turistas y visitantes; velar porque tengan servicios de calidad y paguen el precio justo; expandir la reactivación y diversificar; mejorar la infraestructura; afinar la promoción en Consulados, Embajadas y Misiones Diplomáticas, así como robustecer la imagen del país en el exterior.
El panorama promete un cierre de año, y un inicio de 2022, a tambor batiente. No son tiempos para ser triunfalistas ni autocomplacientes; pero sí de situar los avances en su justa dimensión.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. VIERNES 17 DE DICIEMBRE DE 2021).