
VIDEO 🎥 | Marcelo Salinas 👉🏾 Quienes prefieren las viejas prácticas y se aferran a los privilegios son los primeros en brincar ante los nuevos acuerdos o cuando se toca el dinero. Pasa, ahora, con ciertos grupos de presión, como los taxistas. Antes pasó con los hoteleros, las iglesias y así. Los ejemplos son diversos.
El caso Uber es un asunto federal. Está en manos de un juez. No se sabe qué decidirá en días, semanas o meses, pero los taxistas deberán calcular fríamente sus próximos pasos. En el fondo, a una buena parte de la sociedad le agrada la idea del servicio privado.