Nueva cara de Cancún

Marcelo Salinas |

Tocar la fisonomía del centro de Cancún ha sido motivo de polémica desde siempre. Para muchos la zona fundacional (llamada en ocasiones “centro histórico”) debe conservar ciertos rasgos arquitectónicos e históricos típicos del Caribe, los cuales dan identidad, arraigo y pertenencia.

Claros ejemplos de diferencias por las remodelaciones los vimos en Las Palapas, la avenida Tulum o El Crucero, por citar algunos que enfrentaron a quienes modificaron los trazos, y a sus opositores, en sus periodos de gobierno.

Con esa idea asimilada, la administración de Mara Lezama abandera la remodelación de Plaza de la Reforma, en el frontis del Palacio Municipal, la cual debiera estar lista antes del 20 de abril, fecha del 50 aniversario y motivo de esta transformación que prometen “de las mejores en el país”.

Según lo comentado, será una obra vanguardista, que conservará la identidad histórica, contará en su señalética los cinco lustros, y por lo tanto, también se convertirá en un referente turístico para los millones de visitantes recibidos cada año.

Será más que una explanada renovada: buscaría la inclusión social, la unión de los cancunenses, aportando en asuntos de cohesión, seguridad, sustentabilidad y otros. Visto de esa manera, no es solamente un proyecto de rediseño, sino de convivencia, de replantear el primer cuadro desde otra concepción, atendiendo peticiones ciudadanas.

Darle vida a todo ello dependerá, en definitiva, de la gente: de cómo se sitúa, de cómo se apodera de un espacio público ícono, de cómo interactúa y genera circuitos naturales con Las Palapas, la avenida Nader y el resto de las primeras supermanzanas llenas de andadores que remiten a esas ideas originales: la buena vecindad, el peatón es primero y el contacto permanente en los interiores.

Es financiado por el gobierno de la república a través de Fonatur por los 50 años y forma parte de un paquete más amplio de obras e iniciativas por dicho motivo. Es un regalo para los cancunenses, para un destino que sigue creciendo aceleradamente y se constituye en hogar para quienes buscan nuevas oportunidades.

Vale repetir: La Plaza de la Reforma no solamente será un atractivo para turistas, sino para sus habitantes; desde allí pudiera concebirse un nuevo centro, que motive la recuperación de otros espacios, la apertura de negocios, brinde mayor seguridad y genere una mejor imagen urbana, a la altura de un destino de clase mundial.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES Q.ROO)

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