Mirada preliminar

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 El artículo fue redactado antes del cierre de las casillas. Era técnicamente imposible adelantar ganadores de una manera concreta y responsable: no había encuestas de salida ni conteos rápidos ni se activaba el Programa de Resultados Preliminares (PREP), tres mecanismos para conocer tendencias y ventajas.
Por otro lado, se supo temprano de atrasos en la apertura de casillas y en algunas zonas se reportó baja participación, aunque altas en otras, como en las especiales de Cancún. Por lo tanto, el abstencionismo no podía determinarse con precisión. Algunos cálculos advertían que la participación ciudadana en el país no rebasaría el 63% (de la elección 2018). En el ámbito local se aspiraba al 60%.
De no conseguir los porcentajes citados con datos oficiales, cabe preguntar: ¿El 50% y un poco más es un número óptimo? ¿Se podría hablar de fracaso? ¿Cómo vencer contundentemente al principal rival? ¿La obligatoriedad es una solución? Convengamos, eso sí, que “la mitad más uno” no es un éxito rotundo.
Los comicios más importantes de la historia nacional debían fomentar una participación de tal envergadura. Hacer honor a dicha condición. Se antojaba un 70% de asistencia a las urnas desde que arrancó el proceso, en septiembre de año pasado. Más de un año de noticias directamente vinculadas, intenciones de alianza, publicidad y campañas aparentemente no fueron suficientes para alentar el conocimiento sobre el asunto y tampoco la participación en masa. ¿Qué falla? ¿Quiénes? ¿Por qué?
La jornada fue precedida por situaciones de interés, algunas de riesgo, como reportaron en ciertos municipios, principalmente del norte de la entidad. ¿Pudieron desalentar algunos hechos puntuales? Los gobiernos y las autoridades electorales tomaron las medidas pertinentes para garantizar, en Quintana Roo, el desarrollo más expedito. Por ejemplo, instalar sesiones permanentes para vigilar el libre ejercicio o el monitoreo desde el C5. Solidaridad concitó una atención creciente.
La votación masiva es importante. El sufragio no sólo determina quién gana, sino quiénes pierden, cuáles partidos se van debido a la pérdida de registros, define el financiamiento para los partidos e influye en cómo se distribuye el poder. Sirve como premio o castigo.
Muchas de estas preguntas se responderán con claridad en las siguientes horas. Hasta el cierre del artículo no había incidentes mayores. Era acaso lo mejor a pocos minutos del cierre de las casillas.

(OPINIÓN PUBLICADA EN EL PERIÓDICO NOVEDADES. LUNES 3 DE JUNIO DE 2024)