Marcelo Salinas|En órbita 👉🏽 El medio inglés BBC News publicó recientemente un reportaje (reproducido por múltiples plataformas informativas en el mundo) acerca de cómo México se convirtió en una especie de oasis para turistas internacionales en medio de la pandemia. Destacan las facilidades de ingreso vía aérea; que México no cerró fronteras, y el control en los destinos más conocidos, como Quintana Roo.
Cuenta una historia: «Pierre, un joven francés que vive en Nueva York, no tuvo dudas a la hora de elegir dónde viajar para pasar unos días de vacaciones (…) Decidí ir a México porque no pedían tests de covid-19 para entrar. Queríamos ir a las islas Turcas y Caicos, pero había muchas restricciones. Así que, aunque México no era nuestra primera opción, decidimos ir a lo fácil».
En efecto, aunque el país y sus destinos no han sido siempre la primera opción, las facilidades convencen. Debiésemos considerar el calificativo «fácil» en su justo contexto, porque si para algunas personas puede sonar a riesgo, para otras pudiera ser estrategia e inteligencia: el gobierno de la república sostiene que restringir la entrada de extranjeros no tiene un efecto claro para la reducción del número de contagios.
Lo anterior se suma a que, por ejemplo en el Caribe mexicano, las miles de pruebas rápidas gratuitas ya aplicadas, la baja tasa de hospitalización actual y los pocos casos conocidos de turistas internacionales contagiados, dan cuenta de un control que no se tuvo en los competidores naturales ni en los «de primer mundo», con los cuales Quintana Roo puede equipararse por su estatus.
México es hoy el tercer país más visitado. La Organización Mundial del Turismo calificó al 2020 como «el peor año de la historia del turismo» en el mundo, con mil millones menos de llegadas internacionales y un descenso del 74% respecto a 2019. Pero a falta de los datos del final del año, las últimas estimaciones de la Secretaría federal de Turismo y del Consejo Nacional Empresarial Turístico cifran esa caída en «solo» un 44% o 45%. Puede ser un logro temporal en tanto se reacomoda la situación global.
¿Qué se debe hacer? Consolidar esa aparente ventaja comparativa y competitiva. Buenas señales son las certificaciones sanitarias, los sellos de seguridad que otorgan los organismos multilaterales, los controles en la mayoría de las agencias del sector, las mismas pruebas de PCR y otras medidas dispuestas con evidente eficacia.
Quintana Roo ha sufrido, pero nadie puede negar que, pese a todas las complicaciones, la reactivación está en marcha y la recuperación es un hecho. Más tiempo al tiempo.
(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES. LUNES 15 DE FEBRERO DE 2021).