Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Crecen la duda en dos municipios: Cozumel y Othón P. Blanco. Sus gobiernos no logran dar pasos firmes para mostrar logros y avances con respecto a lo prometido. En la isla cunde la preocupación por la ola de violencia, y en la capital la población ha situado a su gobernante casi en niveles reprobatorios en ciertos ejercicios de sondeo. La sociedad, aunque también militantes, simpatizantes y seguidores, miran con cierto pesar a las presidentas Juanita Alonso y Yensunni Martínez.
«Avanzar» no es responsabilidad de una persona, sino de una administración, aun cuando ello no las exime de culpas porque debieran liderar el proceso y su trabajo no ha sido suficiente, a juzgar por las encuestas. Basta un clavado en las redes para comprobar las críticas reiterativas y en aumento contra ambas gestiones municipales. Caso contrario, por ejemplo, en Felipe Carrillo Puerto, un municipio que en otros tiempos no despuntaba ni con ayuda. Ahora sí y cabe reconocerlo en justa medida.
El caso Cozumel consterna a su gente y al poderoso gremio empresarial, compuesto por familias que ya han gobernado el municipio y la entidad. Las ejecuciones les mantienen en vilo, faltan estrategias con mano firme y sus autoridades no aparecen con la frecuencia que amerita una alerta de tal envergadura. La pugna no deja dormir en paz a quienes mantuvieron a la isla, alguna vez, entre las demarcaciones más seguras de la región.
En la zona sur, más que en Cozumel, la percepción podría mejorar: la declaratoria de «Barrio Mágico» a favor de Chetumal y los primeros guiños a la capital podrían ser catalizadores para potenciar la imagen de todos, incluyendo al gobierno local. Los gobiernos estatal y federal anuncian noticias en la zona sur y ello significa un alivio ante el agobio de la población, una que sabe premiar y castigar por igual en épocas electorales.
Evidentemente no está todo perdido, aunque no pueden desestimarse los reclamos provenientes de la sociedad, de ramos estratégicos y de los medios de comunicación. Los contextos desfavorables se notan más que los de la esperanza. Muchas veces es cuestión de voluntad.
Las maquinarias de los dos municipios citados reflejan una señal inequívoca de que la marcha no va bien. Rumbo al 2024, los mecánicos llamados también asesores, deberán ajustar varias piezas con prontitud para evitar seguir tirando aceite. Hay tiempo para rectificar.