Marcelo Salinas | En Órbita >>
Nos enfrentamos a “guerras municipales” prácticamente contra los 11 ayuntamientos. Se trata de provocaciones en el marco de un proceso electoral a la vista porque comienzan las definiciones, que incluyen alianzas, descartes, negociaciones, posicionamientos o críticas. Todo un cúmulo de polémicas.
Quienes atacan buscan socavar las aspiraciones de gobernantes y alfiles; quienes se defienden, intentan además desacreditar a sus verdugos. Es una lógica perversa, como pocas, debido a la diversidad de fuerzas políticas ahora en el juego oficial, en todos los poderes y niveles. Así, desde padrinos y aliados, hasta contrincantes y enemigos, se dejan ver por estas fechas con mayor frecuencia.
En 2021 se llevarán a cabo las mayores elecciones de la historia nacional; en el estado, en los 11 ayuntamientos y los cuatro distritos federales. Será la antesala del 2022, cuando serán los comicios para la gubernatura.
Por ello mismo, la apuesta y la guerra son grandes. Lo constatamos desde Othón P. Blanco hasta Cozumel, pasando por toda la Zona Maya, Tulum, Solidaridad, Puerto Morelos, Isla Mujeres y Benito Juárez.
En todos los municipios acusan ataques cuya escalada es notoria, y aun cuando muchos no quieren subirse al ring todavía, las circunstancias comienzan a obligarles. De esa manera podrían entenderse, por ejemplo, los paros de trabajadores en la capital, las advertencias por lo que pase desde ahora en el malecón cancunense o la nevera dejada en el Palacio cozumeleño. Por nombrar solo tres hechos recientes.
Que se entienda: sin menoscabo de las motivaciones, la mayoría de tales hechos ha sido manipulada para denostar a las administraciones. Lo del paro en Chetumal contra Segovia está justificado: la culpa es de los servidores públicos, aunque el eco tiene decibel político-electoral.
Mara Lezama logró recuperar un espacio público añorado por los benitojuarenses, pero un grupúsculo patalea porque se consumó cuando la intentona era depreciar la imagen municipal con estadísticas. No les resultó.
En Cozumel, el gobierno de Pedro Joaquín Delbouis apunta sin duda: “hay una guerra política”, justo cuando comienzan denuncias y auditorías. Así se lee al menos. El municipio más seguro no puede perder la paz por la rabieta de ex autoridades, ahora de oposición, quienes estarían detrás de las amenazas, según especulan en la isla.
La hipótesis podría aplicarse para el caso del club de playa en Solidaridad o la remodelación del casco antiguo en Puerto Morelos.
Las oposiciones ya se mueven.