Hasta el cuello

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Aguakan tiene el agua hasta el cuello. Fue una semana durísima para la concesionaria, que recibió el rechazo público de la presidenta Claudia Sheinbaum, la gobernadora Mara Lezama y diversos liderazgos de la 4T. No es un tema exclusivo del oficialismo, porque personajes de la oposición igual se han referido en términos rigurosos por servicio deficiente, cobros excesivos, escasez y más. En las redes sociales la gente acusa, también, agua sucia. La empresa tiene su propia versión, se defiende y reclama sus derechos. Pero está contra la pared.
La historia es conocida: en la consulta vinculante de 2022 la ciudadanía decidió sacar a la empresa de Benito Juárez, Puerto Morelos e Isla Mujeres, no así en Solidaridad, por el porcentaje requerido no alcanzado. El litigio sigue su curso. Después de casi tres años, han surgido voces poniendo en duda el proceso legal; sin embargo, las etapas avanzan. Las suspicacias son típicas de un procedimiento de tal naturaleza.
Este gobierno no se vende, este gobierno defiende al pueblo. Que no les engañen, este gobierno es diferente y defiende al pueblo” expresó el jueves la gobernadora en su programa “La Voz del Pueblo”, con relación al retiro de la concesión.
Mara, incluso, fue más categórica: “Si en el pasado los gobiernos no tuvieron los pantalones para defender a la gente, es cosa del pasado. En este gobierno no hacemos reuniones en lo oscurito, en este gobierno trabajamos para el pueblo, somos un gobierno que le da la cara al pueblo, el agua es un derecho, no un privilegio”.
Un día antes la presidenta Sheinbaum, durante su conferencia mañanera, calificó “un abuso» el servicio proporcionado y enfatizó que la mejor solución sería que la empresa entregue la concesión, ya que «no se puede hacer negocio con el agua». Estamos de acuerdo, dijo, con el pueblo de Quintana Roo y con la gobernadora de que se entregue la concesión.
El asunto suma años en el debate público. La solución no es fácil ni rápida. Transcurre, literalmente, a cuentagotas. Así son los procesos jurídico-administrativos. Aun así, reaparecen las preguntas obvias: si sale Aguakan ¿existe la manera de reemplazar con prontitud y eficacia el servicio? Los cuestionamientos de ese tipo estarán en la mesa durante largo tiempo.
Por lo pronto, se llegó a un punto de no retorno en la situación y Aguakan por fin sintió la presión.