Aguas, háganlo bien

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 Debido a su ubicación geográfica y sus características naturales, Quintana Roo está expuesto a catástrofes, como tormentas, huracanes, recale masivo de sargazo e inundaciones. Lo constatamos por estos días. Por ello es tan vital la prevención como la reacción de todos.
Lo que sucede en Othón P. Blanco y Bacalar invita a la reflexión: ¿Las autoridades alertan a tiempo? ¿Cómo reaccionan? ¿Qué rol debe cumplir la sociedad?
Las respuestas a las tres preguntas están a la vista: el uso de las comunicaciones y las tecnologías permite avisar con tiempo suficiente de las lluvias como las de los últimos días en el sur del estado; la reacción de las primeras autoridades locales ha sido distinta: un presidente como “Chepe” Contreras, fuera de su municipio en plena contingencia, se presta para la crítica frontal, y la sociedad debe resolver lo que le toca y aportar lo que puede.
Si ya se sabe de las condiciones geográficas que ponen al estado en una situación permanente de vulnerabilidad, no se puede relajar la prevención, mucho menos la reacción. A Yensunni Martínez ya le pasó en anteriores inundaciones y parece que aprendió la lección, porque pasó de ser el blanco preferido de los ataques en redes sociales (por su actuar ineficiente y a destiempo), a encabezar tareas en terreno durante las horas críticas (acusando inclusive un supuesto boicot, quizá con qué fin). La ciudadanía valorará en su justa medida si el desempeño ha sido el ideal o castigará llegado el momento, como en elecciones. Aplica para todos y todas, con lluvia y sin lluvia.
Si “Chepe” no pudo ayudar con prontitud esta vez le debe agradecer, incluso, a la presidenta playense Estefanía Mercado por el rescate de la mujer embarazada en Isidro Fabela y felicitarla por la quinta ayuda humanitaria en helicóptero. En Othón P. Blanco y Bacalar deben gratitud al gobierno de Mara Lezama, que ordenó el despliegue de personal de diversas dependencias para brindar apoyo inmediato a las familias afectadas, de manera incondicional, como ha sido la constante.
En Quintana Roo la mayoría sabe cuándo comienza la temporada de fenómenos hidrometeorológicos y, sobre todo en las comunidades del sur, conocen las condiciones del terreno. Es decir, por estas fechas las contingencias, por desgracia, sorpresivas no son. Cabe entonces revisar con lupa la respuesta de las autoridades de los tres niveles, y la sociedad quintanarroense, desde su trinchera, no dejar de tender la mano al que hoy está en aprietos.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES.
LUNES 30 DE JUNIO DE 2025).