Sí a Playa del Carmen

Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 «Por 122 años nos hemos llamado Playa del Carmen, nuestra verdadera identidad y la razón de ser de nuestros orígenes…». Es uno de los posteos de la presidenta municipal Estefanía Mercado en alusión a su proyecto de cambiar el nombre del municipio, de Solidaridad a Playa del Carmen.
Es un asunto en boga, que provoca la reacción de diversos sectores, más allá incluso de la Riviera Maya. En los últimos días, autoridades, ciudadanos y ramos productivos se han expresado al respecto. La idea gana apoyo y respaldo, como se ha demostrado en los dos foros ya realizados, entre otros espacios de diálogo, mediante los cuales se aspira legitimar.
En los próximos días habrá más reuniones entre la autoridad municipal y otros sectores para propagar con fuerza el fondo, los alcances y los beneficios del proyecto, que primero será sometido a consulta pública. La ruta es la siguiente:
Si el pueblo lo avala, será presentado al Cabildo, cuyos integrantes deberán analizarlo y, en su caso, aprobarlo, para posteriormente someterlo a consideración de la XVIII Legislatura que, a su vez, tendría que remitirlo a los otros 10 ayuntamientos del estado para su respaldo, pues se trata de una reforma constitucional. Con eso palomeado, no hay vuelta atrás.
En el contexto, Estefanía posiciona dos grandes ideas centrales: descarta que el cambio de nombre signifique un gasto para la sociedad y, al socializar el debate, se fortalecen la identidad, el arraigo y la pertenencia. Para esto último se desarrollan los foros: los últimos dos serán los próximos días 13 (en Puerto Aventuras) y 15 (Teatro «Xaman Ha»).
Evidentemente se cuenta con la venia de los otros niveles y poderes. No es una aventura. Socializar el plan sí es necesario; sobre todo, cuando la gente lo apoya de antemano. En la pasada campaña fue una conversación recurrente; es decir, no es desconocido ni sorpresivo en el corazón de la Riviera Maya.

DESORBITADO
Reapareció el polémico «Chanito» Toledo justamente en este marco: rechaza la intención de cambiar el nombre y promueve para ello una farsa.
La maniobra de enlodar el proceso, dicen quienes lo conocen, es quedar como el único «opositor vigente» en el municipio, al que tendrían que buscar, según, «para negociar ciertos asuntos». Pero el regidor no tiene peso político ni autoridad moral. Una presidenta municipal que ganó en junio con números históricos y aparece bien en las encuestas, no cederá a presiones mezquinas.

(OPINIÓN PUBLICADA EN NOVEDADES.
VIERNES 7 DE FEBRERO DE 2025).