
Marcelo Salinas | En órbita 👉🏾 La “guerra sucia” y el “fuego amigo” reaparecieron en Solidaridad. También en Othón P. Blanco, la “capital de la grilla”. Desde el fin de semana circula un video que descalifica nefastamente al equipo de dos mujeres que ganaron la elección municipal el 2 de junio: Estefanía Mercado y Yensunni Martínez.
Sin fuentes ni datos comprobables ni material con sustento pretenden desacreditar a un personaje: Javier Regalado Hendricks. Pero en el fondo el ataque –burdo, calumnioso y misógino- es contra ellas. ¿Quién lo ordena? Las hipótesis provenientes tanto de Playa como de Chetumal señalan a Miguel Ramón. ¿Con qué fin? Para acomodar a su gente. Su hijo, “Chore” Martín, es la pieza clave que pretenden clavar en el tablero de la Riviera Maya, acusan los primeros analistas de aquella sucia trama. “Huele al viejo PRI” se advierte en los chats.
No se vale. Han cambiado los criterios, los límites y los castigos. Porque cabe repetir: el veneno va dirigido a ellas, y principalmente a Estefanía Mercado, quien alista a su equipo para el relevo, en septiembre próximo, en el único bastión opositor a la 4T, ya arrebatado al “PRIAN”.
Resulta que apenas Estefanía designó a Arturo Castro como coordinador para el proceso Entrega-Recepción se desató la injuria. El trasfondo, probablemente, tiene relación con los jugadores que comenzaron a acomodarse en la cancha tras ese nombramiento. Unos pierden con dicha designación, naturalmente. Y como vinculan las supuestas pretensiones de “Chore” con el nuevo gobierno, las conclusiones caen solas, por su propio peso. De confirmarse, optar por el agravio y la traición, y no por los acuerdos, es un gravísimo error.
Sea o no como lo plantean, es un señalamiento delicado que no se borra con un posteo en las redes sociales.
Estefanía “está hecha” en esas guerras sucias, que nunca la despeinaron. Pasó varias antes veces en sus campañas, y no cesan. Igual Yensunni, que ganó en 2021 justamente por una maniobra que tuvo raíces en la infamia.
Se busca a los responsables. Los agraviados persiguen las pistas y ya les pisan los talones. Sin duda, habrá consecuencias.

